En el momento en que el coche comienza a dar indicios de que algo no marcha bien, los conductores no pueden evitar sentirse inquietos. Pero existe una avería que puede llevarnos a tener escalofríos: el fallo de la caja de cambios del coche. Una avería de este tipo hace que el propietario de un coche tenga una salida hasta 14.000 euros: una cantidad dolorosa de justificar para la mayoría de usuarios.
La caja de cambios
La caja de cambios del coche, ese elemento encargado de permitir que el coche tenga movilidad, resulta ser uno de los sistemas más costosos por reparar. Con arreglo al Real Automóvil Club de España (RACE), reparar o substituir una caja manual puede llegar a costar entre 7.000 y los 10.000 euros, en función de la antigüedad del coche, en tanto que, en otras condiciones, el precio de una caja automática puede alcanzar los 14.000 euros.
Y no sólo es el dinero; las reparaciones de la caja de cambios pueden ser muy largas, llegando hasta las 11 horas. La causa puede ser el desgaste natural de sus componentes, la falta de mantenimiento o bien pequeñas incidencias como no cambiar el aceite de la caja en su momento y que pueden llevar a este tipo de avería tan costosa. La avería de la caja de cambios no sólo influye de un modo directo en el rendimiento del coche, sino que puede significar otras averías en el motor o en otros sistemas.
Otras averías que duelen en el bolsillo
La caja de cambios tiene el primer puesto de las reparaciones más horrorosas, pero no son las únicas. ¡La culata, la tapa del motor! También tiene su fama. Reparar la culata, la parte superior del bloque del motor puede costar aproximadamente 5.000 euros y llevar unas 16 horas de trabajo. El bloque del motor cuesta 5.000 euros, puede llegar a 20 horas de trabajo.
Estas son algunas de las partes fundamentales para el correcto funcionamiento de un vehículo y sus averías deberían ser inevitables, ya que su correcto funcionamiento depende en gran medida de los cuidados que el dueño haya ofrecido a la unidad.
Sin olvidar el aire acondicionado, que si bien no afecta la seguridad del coche tampoco será muy placentero para el bolsillo. Cambiar el compresor puede costar hasta unos 1.500 euros y el evaporador unos 1.000 euros. Un aire acondicionado que esté averiado en verano no sólo crea incomodidades sino también hace que nos empapemos tras la cuenta.
Al final, la prevención es lo más económico
La vía más efectiva de prevenir estas averías tan caras, es cuidar el coche como si de oro se tratara. Un mantenimiento habitual como cambiar los filtros, comprobar el aceite o el material de desgaste alarga la vida de los elementos y así disminuye el riesgo de avería. No es gastar dinero en cosas innecesarias sino evitar males mayores.
Un coche bien cuidado no sólo va mejor, sino que acaba ahorrando dinero. «Las pequeñas inversiones en mantenimiento evitan inversiones en averías» afirmaban los expertos. En resumen, la caja de cambios es la que se lleva el gato al agua en el ranking de las averías que más miedo dan a los conductores. Con todo, no sólo hay una forma de hacer que la caja de ahorros se rompa.
En gran medida, el secreto es la prevención: en cuidar el coche y en la atención a los primeros síntomas de desgaste. Es decir, a la larga, siempre es mejor prevenir que curar. Pero si no lo has hecho y caes en cualquiera de estas averías, el término normal será cambiar de coche.