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Ni 10.000 ni 20.000: esta es la superficie en campos de fútbol que ocupan las Zonas de Bajas Emisiones de España

por Ángel de la Fuente
5 de septiembre de 2025
en Motor
Campos de fútbol que ocupan las Zonas de Bajas Emisiones

Campos de fútbol que ocupan las Zonas de Bajas Emisiones

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La superficie de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en España no hace más que crecer y crecer. El Gobierno de España, en su lucha contra el cambio climático y la polución, sigue extendiendo esta medida a lo largo y ancho de todo nuestro territorio. La contaminación del aire en las grandes ciudades es un problema que requería una solución inmediata y la herramienta escogida fue implantar las Zonas de Bajas Emisiones.

Este sistema comenzó en las dos principales ciudades españolas: Madrid y Barcelona, pero a día de hoy ya está presente por ley en todos aquellos municipios de más de 50.000 habitantes. La cifra se sitúa en más de 200 ciudadesen las cuales se ha aplicado esta restricción a los vehículos más contaminantes. El área total afectada por esta normativa es descomunal. Una superficie que equivaldría a más de 100.000 campos de fútbol. 

Así funcionan las Zonas de Bajas Emisiones

Las ZBE tienen una reglamentación clara: discriminar positivamente a los vehículos menos contaminantes, o lo que es lo mismo, penalizar a aquellos que contaminen más. Estos vehículos se clasifican a través de diferentes distintivos ambientales de la DGT y en función del nivel de emisiones y su tecnología. Se distinguen dos tipos de vehículos:

  • Vehículos con acceso libre: Incluye a los de etiquetas CERO (eléctricos o híbridos enchufables), ECO (híbridos) y en casi todos los casos, C y B (diésel y gasolina modernos). Estos últimos normalmente pueden circular y aparcar en estas áreas, aunque pueden existir algunas excepciones.
  • Vehículos restringidos: Aquellos que no cuentan con etiqueta medioambiental. Denominados categoría A son los vehículos prohibidos debido a su antigüedad y la contaminación que expulsan. Gasolina anteriores a 2001 y diésel previos a 2006 están restringidos.

Las ciudades pioneras (Madrid y Barcelona) llevan ya tiempo implementando este sistema y por ello está más avanzado. Los controles se realizan mediante cámaras que leen la matrícula e inmediatamente sancionan en caso de infracción. Sevilla, Zaragoza o Valencia, llevan menos tiempo con esta medida por lo que sus Zonas de Bajas Emisiones no están tan contrastadas.

Resultados positivos en la calidad del aire

Las ZBE llegaron para preservar y mejorar la salud de los ciudadanos y hasta el momento los datos dan la razón sobre su eficacia. A través de diferentes estudios nacionales e internacionales, se ha mostrado que estas restricciones ayudan a mejorar la calidad del aire. 

En las áreas con esta normativa, los niveles de dióxido de nitrógeno han logrado reducirse hasta un 30%. Y no solo son números, esta disminución supone una menor incidencia de enfermedades respiratorias, como por ejemplo, el asma infantil; además de un descenso de los ingresos en los hospitales por problemas cardiovasculares.

Al mismo tiempo, las Zonas de Bajas Emisiones sirven como un incentivo para renovar los vehículos por unos más modernos y más beneficiosos para el medioambiente. Además indirectamente se fomenta el uso del transporte público y la circulación en bicicleta.

Algunas críticas y polémicas

La progresión irrefrenable de la superficie de las Zonas de Bajas Emisiones, ha dado lugar a numerosas críticas y polémicas. Uno de los principales puntos de debate gira entorno a la brecha social y la imposibilidad de gran parte de la sociedad de cambiar su coche antiguo por uno moderno que cumpla los criterios anti contaminación. Muchas personas no tienen capacidad económica para comprar un vehículo nuevo por lo que las ayudas y subvenciones se antojan vitales.

Otro foco de polémica es la diferencia de opinión entre políticos. En algunos municipios se intenta revertir esta medida. Y finalmente, la tecnología es otro desafío importante al que hacer frente. No todos los ayuntamientos pueden ejecutar un sistema de cámaras lo suficientemente refinado como para poder gestionar las infracciones con rapidez y efectividad.

En conclusión, las Zonas de Bajas Emisiones son una realidad que sigue extendiendo su superficie en nuestro país y que irán transitando a muchos otros puntos.

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