La Inteligencia Artificial (IA) es una fuerza imparable que ya está llegando incluso a los puestos de trabajo. En una sociedad tan tecnológica como en la que vivimos, la automatización de las tareas y las implementación de sistemas de computación están cada vez más presentes en nuestro día a día. Tal es así que está transformando muchos ámbitos de nuestra vida, como por ejemplo el laboral.
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI y responsable de ChatGPT, ha revelado que los avances de la IA, sobre todo en áreas relacionadas con la relación directa con usuarios y gestión de datos y consultas, provocará que algunos trabajos sean reemplazados por esta herramienta informática. Tanto él, como otros expertos del sector, coinciden en que el algoritmo ya está alcanzando un rendimiento superior al humano en campos administrativos y de soporte. El futuro laboral de muchos ciudadanos está en jaque debido a la IA.
Los teleoperadores y atención al cliente, los primeros trabajos en caer
La lista de empleos amenazados por los sistemas de Inteligencia Artificial está liderada por los asistentes telefónicos, agentes de soporte y teleoperadores. En las grandes empresas, se está empezando a sustituir estos perfiles por máquinas con inteligencia propia.
Algunos informes recientes de Microsoft y el Foro Económico Mundial revelan que se estima que desaparezcan millones de estos empleos entre el lustro de 2025 a 2030. Los algoritmos de computación se van profesionalizando y perfeccionando, aumentando así su capacidad de interacción. Una amenaza para los trabajadores «de carne y hueso» que ven como su puesto de trabajo podría estar en problemas.
La IA también tendrá impacto en otros perfiles
Esta tendencia no solo tendrá consecuencias en el ámbito de la atención al cliente (telefónica y digital), sino que también desplazará diversos roles administrativos, de gestión de datos, recepción y codificación. En estos puestos de trabajo la repetitividad de tareas es una constante, por lo que llegará un punto en el que las soluciones se podrán automatizar.
Sam Altman, ha manifestado que ChatGPT: «Podría igualar o superar pronto el nivel de los programadores humanos respecto a la escritura de código«. Esto quiere decir que se avecinan profundas mutaciones en la demanda de personal en el sector.
Un cambio irrefrenable al que nos tendremos que adaptar
Diferentes expertos de alrededor del mundo convienen en que la formación continua y la adaptabilidad profesional serán imprescindibles para poder hacer frente a este nuevo reto social. Además, Altman compara la transformación tecnológica que estamos viviendo hoy en día con las revoluciones industriales pasadas. Aunque advierte que esta vez estará concentrada en un periodo de tiempo mucho más estrecho.
La balanza entre la ética y la utilidad
La proliferación de la Inteligencia Artificial da lugar a un debate ético acerca de su uso. Sam Altman admitió que desarrollar esta herramienta «le genera un gran peso y le provoca noches de insomnio», debido a que cualquier pequeña decisión puede variar el comportamiento de modelos que afectan diariamente a millones de personas. Su objetivo es que la IA refleje la «visión moral colectiva de la humanidad», un trabajo que no es sencillo puesto que «la diversidad de opiniones existentes en el mundo es monumental».
También opinó acerca de los posibles riesgos relacionados con esta automatización, como por ejemplo, la desinformación. Y finalizó con otro tema preocupante y que puede derivar en profundos problemas: la capacidad de la inteligencia artificial para generar imágenes, sonidos y textos indistinguibles de la realidad. El no llegar a saber que es lo real y que es lo creado mediante IA es una amenaza que la sociedad debe tener medios para poder resolver. Ante este conflicto, la ciudadanía tiene que tener una protección y contar con mecanismos de verificación.