Las carreteras de asfalto pueden tener las horas contadas en España. Si bien pudiera parecer que estas construcciones son sencillas y tan solo se necesitan materiales derivados del petróleo, la progresión tecnológica abre nuevos caminos para mejorar las prestaciones. El desarrollo en este ámbito puede dar lugar a carreteras que reparen sus propias grietas o en un futuro, pavimentos capaces de cargar los vehículos eléctricos mientras están en funcionamiento. Varios proyectos están sobre la mesa para conseguir que las nuevas carreteras supongan una mejora significativa con respecto a los de ahora.
Una universidad de nuestro país, la de Huelva concretamente, propone una forma de fabricar asfaltos más resistentes, a través de materiales sostenibles y más baratos como la paja de trigo.
Implementación de materiales sostenibles y renovables en vez de asfalto
Investigadores españoles han publicado un artículo científico en ‘Carbohydarte Polymers’, en el cual explican cómo sustituir el litio y el petróleo en el proceso de fabricación del asfalto. Un proyecto que se engloba dentro de un trabajo de investigación del Centro en Tecnología de Productos y Procesos Químicos de la Universidad de Huelva.
José Enrique Martín Alfonso, investigador en ingeniería de fluidos complejos y profesor titular de la Universidad de Huelva, desarrolla con respecto al asfalto que: «Los modificadores, más del 90%, son poliméricos de origen fósil, mientras nosotros estamos empleando un modificador que es renovable y biodegradable».
Hay que tener en cuenta que la construcción de las carreteras supone un importante factor de contaminación y riesgo medioambiental. Además por su propio uso también se generan efectos nocivos, ya sea por el desgaste del firme o por el roce de las ruedas. El objetivo es claro: construir carreteras ecoeficientes fabricadas con materiales más sostenibles.
Cambiar el petróleo por el trigo
El asfalto actual proviene principalmente de componentes artificiales, derivados del petróleo. Este líquido natural es de consistencia viscosa, pegajosa y de color negro o, en menor medida, marrón oscuro. El chapapote se utiliza en las carreteras como aglomerante. Ahora se están estudiando diferentes alternativas. Una de ellas, la de la Universidad de Huelva. Los investigadores españoles ponen el foco en el trigo como elemento clave y una reacción química relacionada llamada silicación.
Todo se inicia transformando la paja de trigo en pasta celulósica, el mismo material con el que se elabora el papel. Después de depurarla y modificarla con silicio, los científicos obtienen un aditivo con propiedades gelificantes y estructurantes, capaz de integrarse en lubricantes o asfaltos de forma estable. Las grasas industriales habitualmente se producen con litio, un material a evitar por su alto coste tanto económico como ambiental. «Estamosen un momento muy importante por su uso en las baterías. Por eso ha cobrado especial importancia y su precio ha subido«, afirma José Enrique Martín.
De ahí que la pasta de trigo se presente como un sustituto para este componente. La grasa conseguida a partir de este aditivo ofrece una mayor resistencia al desgaste que las mezclas de litio. Además, el asfalto ha mostrado más elasticidad y tolerancia al calor.
Pese a ello, José Enrique Martín quiere ser cauto y avisa de que todavía hay que seguir estudiando su uso y la composición de la mezcla. «Nosotros nos hemos centrado en la compatibilidad química, pero ahora estamos trabajando en la modificación del tamaño o la forma de esa pasta celulósica para optimizar la interacción con estos dos fluidos», reconoce el investigador.
Se espera que en un futuro próximo se pueda implementar este descubrimiento para probar sus propiedades en condiciones reales. Aplicando este nuevo material en diferentes elementos como maquinaria, vehículos o tramos de carretera. El asfalto del futuro está más cerca que nunca. Adiós al petróleo, hola al trigo.
