La Guardia Civil se mantiene firme en sus campañas de concienciación contra el ‘phising’. El organismo español no cesa de advertir a la población a través de sus redes sociales sobre posibles fraudes digitales. Los estafadores tan solo necesitan un simple mensaje para vaciarte los bolsillos y acceder a toda tu información confidencial.
Y es mucho más sencillo de lo que puedes creer, con dos palabras cotidianas pueden llegar a arruinar tus datos y cuentas bancarias. Solamente con un «Hola, papá», los ciberdelincuentes, se ponen en contacto con la victima utilizando un número desconocido. Una expresión común que te invita a que actúes sin pensar y creas que de verdad se puede tratar de tu propio hijo.
Una táctica tremendamente efectiva
El mensaje de «Hola, papá» es solamente el cebo de una argucia compleja y bien diseñada. Esta estafa conocida como ‘la del hijo en apuros’, suele comenzar con una excusa inocente como por ejemplo, que se le ha roto el móvil. Ahí ya se está produciendo el primer paso de una estafa que adquiere una dimensión mucho mayor. La Guardia Civil subraya que en estos casos las víctimas entran en un estado de preocupación que les ciega y no perciben las señales de alerta y posible fraude.
El canal por el que realizan el fraude es mayoritariamente WhatsApp. Primero llega el mensaje en el que el supuesto hijo o hija te cuenta que su teléfono se ha averiado y que por eso está escribiendo desde otro número (desconocido para ti). Al tener el móvil «estropeado», esquivan que el padre preocupado trate de llamar para verificar que es su hijo con el que está hablando.
Cuando el estafador se haya ganado la confianza de la víctima, y este crea que de verdad es su hijo o hija, pasará al siguiente paso. El ciberdelincuente te pedirá dinero de forma urgente para solucionar el problema lo antes posible. Esta exigencia económica va aparejada de una gran presión para que la transferencia o envío de dinero sea absolutamente inmediato. No te dejan ni un segundo para la duda, tiene que ser en ese preciso instante.
Una estafa que apela a los sentimientos
Los ciberdelincuentes saben lo que hacen y son conscientes de que un padre o una madre está dispuesto a hacer lo que sea por su hijo. Ese amor incondicional es la chispa que prende la estafa. Mediante frases persuasivas en las que se apelan a los sentimientos y que tratan de generar emociones en las víctimas, los estafadores consiguen llevar a cabo la parte troncal del engaño.
La Guardia Civil proporciona las claves de la jugarreta de estos malhechores: «No solo es fundamental el factor emocional, sino que toda la conversación está diseñada para que sientas que cada segundo cuenta, insistiendo en que la transferencia debe ser inmediata«. Y además destacan un consejo a seguir para evitar caer en la trampa: «Trata de tomarte una pausa, porque los estafadores te meten prisa para que no te dé tiempo a verificar la información ni a contactar con tu verdadero familiar».
La Guardia Civil siempre recomienda desconfiar y verificar
Este tipo de fraudes no solo pueden tener consecuencias nefastas en tu bolsillo, sino que una vez que has mandado el dinero, pueden tratar de hacerse con tus datos bancarios o personales para seguir alargando la estafa.
Ante este creciente peligro, es imprescindible que lleves a cabo estas dos acciones: desconfía y verifica. Lo primero es tratar de llamar al número de teléfono usual de tu hijo o hija. En el supuesto de que no responda, no ceses de intentarlo y busca otra forma de contactar con él o ella. La Guardia Civil y otras autoridades lo tienen claro: el principal método de seguridad es comprobar siempre la identidad de aquel que te pide dinero.
