La lucha contra los pisos turísticos en España se encuentra en un momento clave. Los movimientos para frenar la masificación y la sobreexplotación de estas viviendas vacacionales se están sucediendo en varios puntos de nuestro país. Un fenómeno que requiere de soluciones que algunos ayuntamientos ya están empezando a proporcionar.
Las Islas Baleares ha sido uno de los territorios más afectados por esta realidad en la última década, especialmente Mallorca e Ibiza, donde la presión del turismo ha modificado por completo el mercado inmobiliario. Tanto es así, que el Gobierno de Palma de Mallorca ha dicho basta y ha anunciado que prohíbe los pisos turísticos de forma definitiva.
Una nueva normativa
Jaime Martínez, alcalde de Palma de Mallorca, anunció durante el pleno municipal del pasado 14 de octubre la aprobación de la prohibición de cualquier modalidad de alquileres turísticos en la ciudad. Con esta medida se busca atajar de una vez por todas el problema de los pisos turísticos en la capital balear. El propio alcalde reveló que las únicas licencias que serán aprobadas a viviendas para alquiler vacacional serán las 639 licencias ya otorgadas previamente. Ninguna más tendrá posibilidades de ser aceptada.
«Cualquier oferta que a día de hoy no está legalizada o autorizada quedará prohibida en todo el término municipal. Actualmente hay 639 licencias, esas son legales y son las que van a seguir existiendo«, explicó Jaime Martínez. Y dejó claro que, aunque alguna de las viviendas con licencia se dé de baja, no se aprobará ninguna otra oferta para compensar esa pérdida.
Las modificaciones que presenta la nueva medida ya están recogidas en el Plan General de Ordenación Urbana de Palma de Mallorca y se espera la aprobación de la normativa en el pleno del noviembre. Cabe destacar que una vez que la medida entre en vigor, tendrá un efecto retroactivo de tres meses.
El problema de las 90.000 plazas entregadas
Hace ya más de siete años, en junio de 2018, se prohibió el alquiler turístico en viviendas plurifamiliares en la capital balear. Esta normativa contó posteriormente con el apoyo del Tribunal Supremo gracias a una sentencia en 2023. Sin embargo, la medida no era del todo estricta puesto que solo eximía de realizar esta actividad turística en viviendas plurifamiliares, quedando permitida todavía en inmuebles unifamiliares.
La jugada del Gobierno regional no salió como se esperaba: ofreció 90.000 plazas de alquiler turístico pensando en que desaparecerían en un futuro, pero lo que ocurrió fue lo contrario, no solo no desaparecieron sino que fueron apareciendo más.
Un punto de inflexión en los pisos turísticos
La nueva medida del Gobierno de Palma de Mallorca quiere refrendar el punto de inflexión vivido en este último verano. Por primera vez, después de años de crecimiento imparable, se ha reducido el número de pisos turísticos.
Según los datos de Exceltur, la caída en Baleares ha sido especialmente pronunciada en Ibiza. Allí, el número de plazas turísitcas ilegales ha descendido un 40,9% durante los meses de verano, o lo que es lo mismo, 1.320 plazas menos.
En el caso de Palma de Mallorca, la bajada ha sido del 17,4% con la eliminación de 1.293 pisos turísticos. Estos guarismos sitúan a estas islas mediterráneas en lo más alto de la lista en cuanto a reducción de viviendas vacacionales, junto a ciudades como Valencia o Madrid, que también han robustecido sus políticas.
Las medidas contra los pisos turísticos abren un debate que no tiene una fácil solución. La reducción de oferta podría aliviar la imposibilidad de encontrar alquileres asequibles en dichas ciudades; no obstante, los agentes turísticos advierten que la retirada de miles de plazas turísticas podría afectar al empleo de la región. Se pretende instalar un modelo más sostenible que ponga fin a la especulación inmobiliaria pero resulta imposible que no afecte paralelamente al turismo y a sus ingresos.