Con el nuevo año, la edad mínima de jubilación se sitúa en 66 años y 8 meses, lo que supone un nuevo paso en el proceso de reforma de las pensiones que comenzó en 2013. Esto afecta a las personas que no alcancen, al menos, menos 38 años y 3 meses de tiempo de cotización, pues a partir de ahora quienes hayan desarrollado trabajos de larga carrera podrán seguir jubilándose a partir de los 65 años. En este sentido, saber las modalidades y las vías de aplicación de la jubilación resulta determinante y muy vigente en la actualidad.
Nuevos requisitos para la jubilación en 2025
La reforma del año 2013 condicionó la edad de acceso a la jubilación pasando de 65 a 67 años. Este año, quienes decidan retirarse tendrán que haber alcanzado 66 años y 8 meses para para poder acceder a un 100% de pensión, siempre que no hayan cotizado más de 38 años y 3 meses; aunque quienes lo hayan hecho, podrán llegar a jubilarse a los 65 años, sin penalizaciones ni limitaciones.
El límite mínimo de cotización para poder acceder a una pensión contributiva sigue siendo de 15 años, de los cuales, al menos 2 deben estar firmados dentro de los 15 años anteriores a la jubilación. Éstas y otras consideraciones buscan lograr el equilibrio del sistema de pensiones y garantizar su sostenibilidad frente al envejecimiento de la población.
Opciones de jubilación anticipada y parcial
La jubilación anticipada, por su parte, ha sufrido de una importante variante. En cuanto a la jubilación anticipada, se establece que los trabajadores que vayan a ser jubilados anticipadamente lo pueden hacer hasta un umbral de 24 meses anteriores a la fecha ordinaria de jubilación con un tope de 64 años y 8 meses, si el trabajador ha cotizado un mínimo de 35 años en cada caso concreto, pero esta opción implica una serie de coeficientes reductores de la cuantía de la pensión resultante que dependerá del grado de anticipación a la que se lleva a cabo la misma.
En lo que respecta a la jubilación parcial, los trabajadores pueden optar a los 62 años y ocho meses si cotizan a la Seguridad Social más de 36 años y tres meses o bien a los 63 años y cuatro meses si han cotizado la cantidad de 33 años. Sin recurrir a esta figura que daría continuidad al trabajo, la fijación de la edad mínima al principio pasaría a equipararse con la edad legal de jubilación.
La jubilación anticipada involuntaria permite, eso sí, una determinada situación, el acceso hasta 48 meses ante de la de la edad ordinaria estipulada, según el lapso de cotización y la aplicación de un determinado coeficiente reductor.
La jubilación demorada y sus beneficios
Para aquellos que optan por continuar trabajando más allá de la edad legal, la jubilación demorada también tiene un incremento variado desde el 4% por cada año de demora, la incorporación de una cantidad a prorrata, o la combinación de ambas estrategias. Asimismo, si se reitera la compatibilidad de la jubilación activa y los trabajos en desarrollo, permite igualmente una pensión de al menos el 100% tras cinco años de demora.
Esos cambios también han reducido la regulación de la jubilación parcial, así como la regulación de la jubilación activa, para aquellos que apuestan por una salida laboral, en la que se pueden implementar medidas para una salida laboral que permite una entrada gradual y cierta flexibilidad.
La progresiva dimensión sociocultural y del envejecimiento de la sociedad española incrementan a su vez la preocupación en relación con la sostenibilidad del sistema de pensiones. Las reformas mencionadas tienden a reforzar la filosofía de estrechar el margen existente entre la edad efectiva de jubilación y la edad legal, de alentar la continuidad en el trabajo y de permitir una mayor flexibilidad.
