Los primeros días de 2025 llegan con cambios para los beneficiarios de la pensión de viudedad. Estas, que están pensadas para que el cónyuge sobreviviente tenga apoyo económico tras el fallecimiento de su pareja, parecen condenadas a una reducción de poder adquisitivo para miles de pensionistas mediante los aditivos que se han introducido.
En diciembre de 2024, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones había destinado 2.116 millones de euros a estas pensiones, que son uno de los pilares principales del sistema de protección social en España. Pero las cifras no cuentan toda la historia: aunque hayan subido en general, el complemento a mínimos no podrá beneficiar a muchos en 2025. Pese a que este año se incrementa de acuerdo con un 2,8% la pensión de viudedad, la posible pérdida del complemento mínimo derivada de exceder las nuevas rentas puede suponer un considerable abaratamiento del pago mensual.
Se ha llegado a reportar una reducción económica de la ayuda hasta en 300 euros mensuales: un considerable y arrebato-estrategia que impacta sobre las familias de aquellas personas que dependen en gran medida de dicha prestación.
Cambios en la cuantía de las pensiones de viudedad en el año 2025
Por lo que a las pensiones contributivas de viudedad se refiere, se llevan a cabo sustanciales ajustes en función de la edad del beneficiario, su estado civil y las cargas familiares. En el año 2025, los nuevos mínimos se definirán como:
- 874,10 euros mensuales para jubilados de 65 años o más, personas con un grado de discapacidad superior al 65%, o personas que cumplan con ambas condiciones.
- Para jubilados menores de 60 años sin cargas familiares, el mínimo se establece en 662,20 euros.
Pero no todos los beneficiarios gozan de iguales principios. Aquellos beneficiarios con cargas familiares llegan a 1.127,20 euros mensuales. Los umbrales de máximos ingresos para acceder a complementos a mínimos se han duplicado a 10.723 euros para aquellos que tienen cónyuge a cargo. Cabe destacar que el complemento a mínimos no está casi relacionado con los ingresos externos por parte de los destinatarios de la prestación, como los ingresos por alquileres.
Por lo tanto, sobrepasar estas cifras puede dar lugar, en estos explanados, a que se produzcan importantes pérdidas en el acceso a la ayuda complementaria.
Viudedad y poder adquisitivo
El incremento del 2,8% acordado por el Consejo de Ministros se establece en base a la variación interanual del IPC, pero podría no encontrarse a la altura de las circunstancias a la hora de compensar la inflación y la revalorización del coste de la vida.
Si bien es muy conveniente anotar que las cuantías de las pensiones han sido objeto de una mejora considerable, muchas familias que dependen de esta vieja prestación podrían encontrarse en situaciones de aprieto debido a pérdidas muy importantes en el complemento a mínimos. Por poner un ejemplo, la pensión media de viudedad en 2024 se encontraba incluida en los 899,25 euros mensuales.
El incremento de la pensión de viudedad provocada por el aumento de la cuantía llegarán hasta los 923,98 euros, un aumento indudablemente muy elevado pero que no necesariamente contrarresta los efectos negativos provocados por la pérdida del complemento.
Qué tienen que saber los derechos en 2025
Enmarcado en este contexto, hay que indicarles a los pensionistas que tomen nota de sus ingresos y de la normativa del régimen especial de la Seguridad Social para no llevarse sorpresas. Por una parte, se considera que el importe base a la pensión (equivalente al 52% de la base reguladora del cónyuge fallecido o hasta el 70% cumpliendo con los requisitos del cónyuge en caso de cargas familiares) permanece intacto.
Por otro lado, los efectos del complemento a mínimos podría ser devastador para aquel que supere la nueva cifra mínima fijada por los rangos establecidos por la misma administración. Hay que considerar que la pensión de viudedad sólo puede perderse en circunstancias muy concretas (como por ejemplo casarse o registrar una nueva pareja de hecho), por eso hay que tener en cuenta que las pérdidas relacionadas con los ingresos externos afectarán a muchos de esos factores relacionados con la estabilidad económica de un gran número de beneficiarios.
En definitiva, el mapa de las pensiones de viudedad para el año 2025 es muy variable y alcanzará retos de notable envergadura para las personas afectadas. La pérdida de los mínimos y la posible pérdida de complementos es aún más justo que antes, por lo que es más importante que nunca el hecho de informarse bien y planificarse con mucho más cuidado para evitar impactos negativos en la economía de las personas.
