Los precios cambian en 2025 y hay que tenerlos en cuenta para el día a día. En este sentido, la estabilización planteada desde el punto de vista de la inflación y la moderación de las tasas de interés son las dos mejores noticias, pero la eliminación de algunas rebajas fiscales que se han ido encadenando las unas a las otras, y el aumento de los tipos de cotizaciones sociales pueden ser un golpe durísimo para muchos sectores de la economía.
La vivienda constituye un gran problema sin solución, con precios del alquiler y de la adquisición de vivienda en aumento. Sí que, por otro lado, sufrirá un encarecimiento todo lo relacionado con los combustibles que se encarecerán por nuevos impuestos impulsados por Bruselas; todo ello afectará a la movilidad, y entonces al coste de los productos y de los servicios.
Hay que conformarse a un panorama fiscal en el que hay subidas y bajadas -eliminar incentivos aplicados en la crisis energética, pero son nuevos los impuestos en sectores como el del tabaco y los vapeadores.
Subidas y bajadas en los precios de la electricidad y el gas
En el sector energético, el regreso del tipo impositivo del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que pasará del 10% al 21% encarecerá el recibo de la electricidad y, por lo tanto, el precio que pagarán, para todos los consumidores, tanto para los clientes del mercado regulado como para los clientes del mercado libre, aunque, en parte, podría ser compensado por la eliminación del impuesto a la producción eléctrica. Por otro lado, la tarifa regulada de gas natural (TUR) subirá otras tantas décimas, hasta el 10 por ciento en este primer trimestre, el Bono Social irá reduciendo poco a poco el porcentaje del descuento para los colectivos más vulnerables.
Para las empresas del sector industrial, las empresas electrointensivas se verán beneficiadas por la compensación que han conseguido por el coste de las emisiones indirectas de CO2, pero los hogares y las empresas de pequeña dimensión no correrán la misma suerte. Este escenario reitera la importancia y la necesidad de encontrar y promover alternativas más sostenibles y eficientes.
Carburantes: un alza que golpea los bolsillos
En el año 2025, el diésel toma protagonismo con mayúsculas. Es que la equiparación fiscal con la gasolina incrementa su precio en un par de décimas, alrededor de los once céntimos por litro, lo que puede equivaler a unos seis euros más por depósito, en concreto el de 50 litros. Este aumento consecuencia de la apremiante normativa de la Unión Europea se verá añadido al de un dólar fuerte que incrementa el precio del crudo en Europa, si bien el incremento de la oferta mundial de crudo apunta hacia el abaratamiento, las señales del cual no alcanzarán a los consumidores finales.
Por otro lado, el transporte público ofrecerá descuentos importantes en lo que queda del primer semestre de 2025: el billete único de Cercanías y aún más el de las reducciones de abono. Pero por otro lado, los peajes y el taxi en las grandes ciudades tendrán, por el contrario, una subida en función del IPC.
Impuestos y cotizaciones: luces y sombras en 2025
Eliminar este tipo en impuestos será uno de los puntos más complicados, dado que se pasarán a tener tipos de IVA, para lo que son alimentos de primera necesidad como el pan y las verduras un 4%, las pastas o aceites de semilla se subirían hasta el 10%. Por su parte introducirá un impuesto nuevo para los vapeadores y la subida del IRPF para las rentas altas. Para las pymes habrá alguna rebaja.
En lo laboral, las cotizaciones sociales incrementarán tanto para empresarios como para trabajadores reflejando la voluntad de hacer frente a las pensiones. El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) aumentará el peso que ya tenía y se introduce por primera vez una «cuota de solidaridad».