La pensión no contributiva de jubilación es aquella que pueden solicitar las personas que no acumulan las cotizaciones necesarias para optar a una pensión contributiva. Esta está concebida, por tanto, como una especie de prestación para proteger a estas personas de la pobreza.
Se suele percibir de por vida una vez que se consigue, aunque hay que demostrar que se mantienen ciertos requisitos no solo a la hora de solicitarla, sino también una vez que se recibe. Esto hace que haya supuestos en que algunas personas puedan perder la pensión y es importante conocerlos para evitarlo si es posible.
Cómo funciona la pensión no contributiva
Antes de nada, veremos cómo funciona la pensión no contributiva en España. Está gestionada por el IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) y no directamente por la Seguridad Social como las contributivas.
La cuantía es una de las más reducidas del sistema de pensiones y en 2025 está fijada en 560 euros mensuales en el caso de las no concurrentes con otras pensiones públicas, Cuando se concurre con otras pensiones, la cuantía es de 543,60 euros mensuales.
Según las palabras del IMSERSO añade en su página web “el Estado a través de la Seguridad Social garantiza a las personas comprendidas en su campo de aplicación, por realizar una actividad profesional o por cumplir los requisitos exigidos en la modalidad no contributiva, la protección adecuada frente a las contingencias y en las situaciones que se contemplan en la Ley General de la Seguridad Social”.
El organismo resalta además otras coberturas que tiene la pensión no contributiva en España, ya que “asegura a todos los ciudadanos mayores de 65 años y en estado de necesidad una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, aunque no se haya cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener derecho a una pensión contributiva”.
Requisitos para acceder a la pensión no contributiva en 2025
Vamos a ver ahora cuáles son los requisitos necesarios para optar a la pensión no contributiva según la página oficial del IMSERSO:
- Tener la edad de 65 años o más.
- La persona solicitante debe residir en territorio español y haberlo hecho durante un período de diez años, en el período que media entre la fecha de cumplimiento de los dieciséis años y la de devengo de la pensión, de los cuales dos han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud.
- Se debe carecer de ingresos suficientes: es decir, que las rentas o ingresos personales de que se disponga, en cómputo anual para 2024, sean inferiores a 7.250,60 € anuales.
Como aclaración al último punto, el IMSERSO recuerda que “no obstante, si las rentas o ingresos personales son inferiores a 7.250,60 € anuales y se convive con familiares, únicamente se cumple el requisito cuando la suma de las rentas o ingresos anuales de todos los miembros de su unidad económica de convivencia, sean inferiores a las cuantías que se recogen más adelante”.
Por qué se puede perder esta pensión
Una vez que hemos visto cómo funciona esta pensión y cuáles son los requisitos para poder percibirla, vamos a ver cuáles son las razones por las que se puede perder. La primera causa para perderla es, por supuesto, que se superen los ingresos que están establecidos como límite para cobrarla que acabamos de citar. No obstante, otro de los motivos puede ser que la persona que percibe la pensión no declare ingresos de su unidad familiar.
Si se da un cambio en su situación personal que no coincida con los requisitos. En este caso pueden ser razones de cambio de estado civil o de lugar de residencia, de hecho algunos de estos pueden cambiar su situación financiera. Por último, se puede perder cuando se cambia de trabajo, ya que un nuevo empleo puede hacer que se superen los límites de ingresos citados.