La Coca-Cola Zero se ha convertido en uno de las bebidas más consumidas por los españoles. Por delante incluso de la versión normal, un estudio de 2019 revela que la bebida sin azúcares añadidos ha adelantado por la derecha a la original, hasta el punto de que cada año, la distancia entre ambas opciones ha sido cada vez mayor. Pero no solo ocurre con la Coca-Cola, sino con el resto de bebidas bajas en calorías.
Concretamente en 2020, el 63% de los consumidores preferían opciones bajas en calorías que las versiones normales. Hasta el punto de que en 2023 se comprobó que en nuestro país, la media de consumo de refrescos supera la barrera de los 7 litros. Todo según la media. Aunque eso sí, nunca debe utilizarse como un sustituto del agua. Es esa ausencia de agua la que nos producirá los primeros problemas en nuestro organismo.
Obviamente, si comparamos la opción ‘Zero’ con la original, la diferencia es abismal en términos saludables. Sin embargo, nunca un exceso de nada puede ser bueno y en este caso, con los refrescos es más de lo mismo, hasta el punto de que puede suponer un riesgo para nuestro organismo.
Los excesos por consumir Coca-Cola Zero
Para sacarnos de duda sobre los problemas que pueden producir en nuestro cuerpo ese exceso, Nuria El M’Rabet, miembro de la Comisión de Educación Alimentaria del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana, le ha explicado a CuídatePlus cuáles son esos problemas y a qué se deben: “aunque su consumo es seguro dentro de los límites establecidos por las autoridades sanitarias internacionales, no se trata de una bebida nutritiva, ya que no ofrece ningún valor añadido en términos de vitaminas, minerales o fibra”, confirma Nuria.
La nutricionista quiere hacer hincapié en que para nada es mala para nuestro cuerpo, sino todo lo contrario. De lo que advierte es que ese exceso sí que puede empezar a generarnos problemas más que evidentes en nuestro sistema inmunitario. Para la nutricionista: “Su consumo diario mantiene la exposición al sabor dulce a través de edulcorantes artificiales y esto puede influir en la percepción del dulzor, haciendo que se mantenga o incluso aumente la preferencia por alimentos y bebidas muy dulces en la dieta habitual de quien la consume”. Aunque en esta lista no solo incluye a la Coca-Cola Zero, sino a todos los refrescos, independientemente de que tengan más o menos calorías.
Nuria advierte de que si no controlamos el ritmo con los refrescos, ‘puede provocar efectos negativos sobre la salud ósea, dental e incluso una disbiosis intestinal». Por ello, nunca debemos de utilizarlo como un sustituto del agua.
¿Quiénes deben estar más atentos a estas recomendaciones?
Todos debemos ser conscientes de esos consejos para evitar sufrirlo en nuestras propias carnes. Aún así, existen unos grupos que deben estar mucho más alerta. Estamos hablando de los siguientes:
- Personas con osteoporosis o riesgo de pérdida de masa ósea
- Personas sensibles a la cafeína o que sufren ansiedad insomnio o hipertensión no controlada. Sobre todo puede producir problemas cardiovasculares.
- Las mujeres que están embarazadas. Nuria advierte de que «deben de disminuir el consumo de cafeína».
- Las personas con fenilcetonuria, una enfermedad metabólica poco frecuente ya que cuenta con aspartamo, un edulcorante que no pueden metabolizar.
- Personas con problemas digestivos ya que les puede provocar molestias por consumir edulcorantes artificiales.
En definitiva, debemos de tener en cuenta los beneficios que tiene la Coca-Cola Zero pero también tenemos que ser conscientes de que un uso excesivo, como todo en la vida, puede provocarnos una serie de problemas en nuestro cuerpo por culpa de los refrescos.
