La Dirección General de Tráfico (DGT) ha dejado claro que no admite dispositivos que interfieran con los radares. Si tienes uno en tu coche, prepárate para que las sanciones te dejen temblando. Te contamos todo lo que debes saber para no dar un golpe al bolsillo y, también, al carnet de conducir.
Los equipos de los que no le gustan a la DGT
El exceso de velocidad es uno de los grandes motivos de accidentes en el ámbito español. Por esto la DGT ha extendido un sinfín de radares fijos, móviles o drones que controlan las carreteras. Las multas por infracciones de tráfico, que han llegado a 507 millones de euros en el año 2022, son una buena muestra de que los radares también disponen de un objetivo recaudador.
En todo caso, los conductores han intentado jugar con los operadores de tráfico al gato y el ratón utilizando tecnología para evitar las infracciones. Pero cuidado, hay que tener precauciones, ya que no todos los dispositivos están aprobados. Efectivamente, la DGT está de acuerdo con los avisadores de radar (que avisan de los radares fijos) pero enfatiza rotundamente que está prohibido utilizar detectores e inhibidores de radar.
Los detectores serían aquellos que buscan los radares que no están en aplicaciones autorizadas y, aunque son menos graves que los inhibidores, también se encuentran prohibidos. En cuanto a los inhibidores no sólo detectan los radares, sino que interfieren en su funcionamiento y es aquí donde es donde las sanciones aumentan.
Multas astronómicas de la DGT
La Ley de Tráfico permite ante todo los dispositivos de detección e inhibición de radares. En caso de que te detecten, te puedes llevar una multa de hasta 500 euros junto a los 3 puntos del carnet; si te sorprenden con un inhibidor, las sanciones ya suben.
Como ya sabes, la multa puede ser más alta y de hasta 6.000 euros dependiendo si se encuentra encendido o apagado el aparato e incluso perder hasta 6 puntos. Y es que la DGT no acaba aquí. Si te acaban descubriendo que has llevado el inhibidor a instalar en algún taller, la DGT también correrá el riesgo de ser sancionada con importes muy altos de hasta 30.000 euros; importe que pensará más de alguno antes de meterse en este lío.
La mejor forma para evitar multas
La razón por la que algunos conductores optan por utilizar estos dispositivos es que sería muy poco difícil despistarse, ya que los límites de velocidad cambian constantemente dependiendo de un tramo u otro, pero la realidad es muy clara: intentar librarse de la ley puede llegar a ser muy caro. La mejor estrategia aquí es de un uso muy simple: cumplir con la norma.
Si te sirves de las aplicaciones que son legales ya que son avisadores para no perder de vista en donde se encuentran los radares; y finalmente, conduciendo dentro de los límites de velocidad, no fallas. Todos estos dispositivos son muy útiles a la hora de planificar los trayectos, pero eso sí, siempre dentro del ámbito legal.
La DGT cada vez tiene más y más medios para detectar trampas; no únicamente dispone de radares más avanzados, sino de tecnología que indica si un coche lleva un inhibidor. Por si esto fuera poco, los controles de tráfico cada vez son más exhaustivos, por lo que las posibilidades de que te cacen en alguna de tus trampas va en aumento; en resumen: juega limpio
Si te descubren con dispositivos ilegales, la multa no sólo será una cantidad inesperada que deberás abonar; más bien será una penalización que sumará puntos negativos en tu historial de conductor. Por tanto, mejor acepta las reglas del juego y ahórrate contratiempos innecesarios. En resumidas cuentas, la carretera no es un juego de ordenador…. y desde luego, las reglas no son las que se deben impugnar.
