Si tienes la suerte de que tu comunidad cuente con un trastero, seguro que le sacas el máximo beneficio almacenado allí todos aquellos objetos y pertenencias que no te caben en tu casa o que no utilizas frecuentemente y prefieres tener reservados. Habitualmente se trata de espacios pequeños que dan un valor añadido a la vivienda y suponen un extra muy atractivo en el mercado inmobiliario.
Aunque suelen estar situados en sótanos o azoteas, últimamente también se ha puesto de moda alquilarlos en espacios especializados, normalmente a pie de calle. En ellos puedes guardar prácticamente todo tipo de cosas, sin embargo, hay algunas excepciones que te pueden costar muy caras. Con ciertos objetos es mejor pensárselo dos veces para no terminar recibiendo una multa.
No todo vale en un trastero
Aunque muchas veces no sean conocidas por el grueso de la ciudadanía, estos cuartos tienen sus propias reglas. El propietario es libre de guardar lo que considere, no obstante, hay ciertas normas que debe respetar. Los trasteros no están diseñados para hacer ninguna de estas actividades: dormir, cocinar, alojar mascotas, fumar, trabajar, hacer fiestas o como espacio de juego para niños. Su función está claramente definida: guardar aquellos objetos que no se usan a diario o que no tienen hueco en el domicilio.
Aunque la directriz es clara y concisa, algunos vecinos hacen un uso inadecuado del trastero. Presta atención y ten mucho cuidado porque dar un uso distinto al almacenamiento personal a un trastero de la comunidad puede provocarte problemas legales y económicos. Según como lo utilices podrías estar incumpliendo la Ley de Propiedad Horizontal y las normas internas del edificio.
Las posibles consecuencias por un mal uso de los trasteros van desde sanciones o multas, hasta tener que responder por daños a vecinos o a la estructura del inmueble en los casos más graves.
Atención con los frigoríficos o arcones
Son bastante frecuentes los incidentes relacionados con los vecinos que tienen en su trastero frigoríficos o arcones de gran consumo conectados a la electricidad. Esta práctica puede derivar en problemas de diversa índole. Uno de los principales conflictos se produce porque por lo general estos aparatos van enchufados a las tomas de corriente de la red de la comunidad, y por lo tanto, todos los vecinos acaban pagando ese consumo. A su vez, al ser una instalación no autorizada, en el caso de que se realice una inspección eléctrica es muy probable que se interponga una sanción a toda la comunidad.
Además, la conexión a la red de este tipo de aparatos puede causar un incendio provocado por posibles sobrecargas en espacios que normalmente no tienen mucha ventilación. Ante un siniestro, el seguro probablemente no lo cubrirá. Disponer de un contador propio o una línea derivada de la propia vivienda tampoco puede ser suficiente, ya que no da una solución total con la que se eliminen todos los riesgos. En este sentido, la normativa urbanística y la Ley de Propiedad Horizontal (artículo 7.1) son claras: no se puede alterar la seguridad del edificio ni causar molestias o perjuicios al resto de propietarios.
Esto debes hacer si detectas un uso inadecuado del trastero
Si se observa un uso indebido dentro de estos cuartos, lo más recomendable es avisar cuanto antes al presidente o al administrador, para tomar las medidas pertinentes o convocar una junta de propietarios Extraordinaria que elabore una normativa concreta que recoja claramente los usos que están permitidos y los que no. Todo ello tomando como base lo dispuesto en el artículo 6 de la Ley de Propiedad Horizontal.
Finalmente, en el reglamento debe quedar claramente estipulado que cada propietario es responsable de los daños o perjuicios que pueda provocar a la comunidad de vecinos por su uso inapropiado del trastero.