En los últimos días, medios de comunicación y redes sociales han dado cuenta de la existencia de una posible nevada histórica que podría afectar a España para la semana que viene. Sin embargo, los expertos aseguran que estas informaciones carecen de base sólida y, más bien, se corresponden a la interpretación alarmista de algunos mapas. ¿Qué es, en verdad, lo que debemos esperar del clima en los próximos días?
Las lluvias y las nevadas, presentes pero sin episodios extremos
A lo largo de esta semana, en España se producirán una serie de frentes atlánticos que darán lugar a precipitaciones en ciertas regiones del territorio nacional. Las precipitaciones serán más importantes en el tercio norte y en la vertiente atlántica, como es común en este tipo de circulaciones. Para el final de la semana, puede haber nevadas en la mitad norte peninsular y en las Islas Baleares, que tampoco se consideran de gran importancia.
Hay que señalar particularmente la llegada de una intensa dorsal subtropical del Atlántico que va a ir extendiéndose hasta el domingo: este tipo de situación anticiclónica, con valores de presión de 1040 hPa, supondrá una dificultad para la llegada de nuevas borrascas atlánticas. Por lo tanto, esto provocará que el tiempo, en buena parte del país, quede afectado por una notable estabilidad atmosférica, con la consiguiente aparición de nieblas, heladas intensas en el interior y un incremento de los niveles de contaminación en las ciudades.
El origen del bulo sobre una nevada histórica
La información relativa a la más que posible llegada de la que sería una histórica nevada tiene como origen la interpretación de algunos mapas del tiempo en los que aparecían solamente algunos escenarios lejanos, pero atractivos. En este caso, el mapa hubiera predicho que una masa de aire polar podría llegar y quedar aislada sobre el Mediterráneo central y acompañarse, además, con una importante borrasca fría aislada (DANA) que podría impactar con gran fuerza sobre la península.
Por otra parte, los expertos convierten los pronósticos básicos en una reacción negativa de dicha hipótesis. La situación meteorológica se caracteriza, sobre todo, por un anticiclón muy extenso que también reacciona en función del principio de los bloqueos y que impedirá la llegada de perturbaciones importantes. En algunos aspectos es cierto que hay algo de incertidumbre sobre la trayectoria que finalmente seguirá la masa de aire frío, pero hay que abrir la puerta a la posibilidad que sus efectos pueden centrarse en el Mediterráneo central y en países como Italia, en los Balcanes y en Turquía.
¿Nevará en España? Las previsiones apuntan a la estabilidad
De acuerdo con los últimos modelos meteorológicos, España va a estar bajo una situación intermedia entre la dorsal subtropical y la masa de aire frío por el Mediterráneo. Lo que podría ‘traducirse’ como a algunas lluvias y nevadas débiles, localizadas en zonas muy concretas como son Baleares, la costa mediterránea, el Estrecho, Ceuta y Melilla. No obstante ello, se deben esperar bajo cantidades no significativas y en ninguna situación extrema.
En la actualidad, el pronóstico más factible es que se mantenga tiempo estable en gran parte del país con episodios aislados de precipitaciones. La proyección de referencia como el ECMWF y GFS reflejan que poco probables son las condiciones para un gran temporal invernal en el país.
Calma ante las noticias alarmistas
Es imprescindible abordar con cuidado aquellas informaciones que aseguran formar episodios meteorológicos extremos sin una base técnica explícita. En este caso concreto el bloqueo anticiclónico centroeuropeo sería el principal factor a tener en cuenta para delatar la inminencia o no de unas nevadas históricas en España.
En este sentido, debemos tener presente que los especialistas son partidarios de decantarnos por seguir las actualizaciones oficiales y abstenernos de dar la predecir según escenarios poco probables. Si bien la llegada de lluvias y de nevadas será para bien en las áreas afectadas por la sequía, parece claro que habremos de esperar para poder realizar la observación correspondiente al evento invernal que inunde nuestro territorio.