Cada vez más españoles optan por la opción de prepararse unas oposiciones con el objetivo de convertirse en funcionarios. Ante la incertidumbre económica que se vive actualmente en nuestro país, lograr uno de estos puestos públicos que garantizan un empleo fijo se ha convertido en uno de los principales deseos de muchos ciudadanos.
Si hablamos mediante cifras, a finales de junio de este mismo año, casi siete millones de españoles (6,7 para ser exactos) se encontraban opositando o lo habían hecho hace poco y otros 5,3 millones tenía pensado hacerlo en un futuro cercano. Esto quiere decir que 1 de cada 4 españoles ha preparado o esta preparando una oposición, mientras que 2 de cada 10 ciudadanos entre 18 y 55 años revela que tiene en mente en opositar próximamente.
Lograr una plaza es realmente complejo
Las oposiciones suelen contar con plazas muy limitadas y lograr una de ellas no es precisamente cuestión de suerte. La competitividad es altísima y la dificultad de acceso al puesto, también. El proceso selectivo es duro y exigente, con temarios de cientos de páginas y pruebas que llevan al límite a los candidatos. Conseguir una plaza es una carrera de fondo basada en la constancia, la disciplina y también la resistencia tanto física como mental.
Pero no te alarmes porque no todas las oposiciones cuentan con el mismo nivel de dificultad. La Unión Europea ha ofertado unas pruebas que dejan de lado la memorización intensiva y se centran en competencias más generales como la capacidad de razonamiento, el dominio de idiomas o el análisis de problemas. Y lo mejor de todo es que ofrecen salarios elevados. El sueldo base está estipulado en unos 3.000 euros, pero existe la posibilidad de ascender hasta los 25.000 cuando desarrolles tu carrera profesional.
Una gran oportunidad para desempeñar una función pública europea
La Oficina Europea de Selección de Personal (EPSO) convoca unas oposiciones generales con las que se lleva a cabo el acceso a la función pública europea. La EPSO organiza los procesos para hacerse con los futuros funcionarios de la Unión Europea, pero para ello han de superar tres fases de pruebas, siempre y cuando cumplan con lo siguientes criterios:
- Ser residente en un país de la UE.
- Tener un título universitario.
- Contar con un nivel avanzado (C1) en alguno de los 24 idiomas oficiales de la Unión Europea y también un nivel B2 (intermedio alto) de otro idioma oficial.
El organismo subraya que estas oposiciones son una gran oportunidad profesional y que cuentan con importantes ventajas como: «Salarios competitivos, una carrera profesional prometedora, oportunidades de formación y aprendizaje, equilibrio entre vida privada y vida laboral y complementos familiares y guarderías y centros educativos para los hijos».
Estas son las fases del proceso
Como se ha citado anteriormente, para conseguir la plaza de funcionario público europeo antes debes superar tres fases de pruebas. Todas ellas se hacen a través del ordenador.
- Fase inicial: Consta de planteamientos tipo test con opciones múltiples. Son pruebas psicotécnicas que evalúan las capacidades de razonamiento verbal, numérico y abstracto de los candidatos.
- Fase Intermedia: Los participantes tienen que hacer frente a preguntas relacionadas con su formación académica y experiencia profesional.
- Fase Final: En la última fase se valoran competencia generales y específicas a través de estudios de caso, presentaciones orales o ejercicios de grupo.
Existen varios tipos de funcionarios
Te interesará saber que cuatro categorías existen antes de decidir presentarte a las oposiciones.
- Administradoras: Aquellos que trabajan en ámbitos como la justicia, las finanzas, el medio ambiente, asuntos exteriores o comunicación. El salario puede variar entre los 3.000 y los 25.000 euros mensuales.
- Asistentes: Su función es ejecutiva y técnica apoyando en los ámbitos en los que trabajan los empleados de la anterior categoría.
- Lingüistas: Se encargan de llevar a cabo la selección de traductores e intérpretes dentro de la Unión Europea.
- Secretarios y personal administrativo: Realizan tareas de gestión y apoyo administrativo y técnico. Se centran en la elaboración de documentos y expedientes, organización de agendas o la actualización de bases de datos y archivos. El sueldo oscila entre los 3.200 euros y los 6.700 euros mensuales.