Para conseguir una pensión de incapacidad permanente se necesita estar dado/a de alta en la Seguridad Social. Sin embargo, hoy vemos un caso en el que se ha conseguido una pensión de incapacidad permanente, sin que su perceptora esté dada de alta en la Seguridad Social. Un caso que puede ayudar a personas que estén en esta situación a ver cómo se han dado los hechos y lo que pueden hacer para conseguir su pensión si sufren de incapacidad permanente.
Grados de incapacidad permanente y pensión
Antes de nada vamos a ver los diferentes grados de incapacidad permanente que dan acceso a una pensión. Algunas de ellas permiten cobrar más por esta que otras e, incluso uno de los grados no da acceso a pensión, si no que se trata de una especie de indemnización. Estos son los grados:
- Gran invalidez: el grado de incapacidad más alto y por el que se cobra el 100% de la pensión en todos los casos. Las personas que la perciben suelen necesitar asistencia externa debido a su invalidez. En ningún caso es compatible con otros trabajos.
- Incapacidad permanente absoluta: en este caso se cobra el 100% de la base reguladora de la pensión y tampoco se permite combinar con un trabajo.
- Incapacidad permanente total: la base reguladora de la pensión por incapacidad permanente depende de la gravedad de la discapacidad y no siempre se cobra lo mismo por ella. Se puede compaginar con empleos que no afecten a la enfermedad o lesión que se sufre y diferentes al que se realizaba cuando se dió.
- Incapacidad permanente parcial: en este caso hablamos de una indemnización a “tanto alzado (24 mensualidades de la base reguladora que sirvió para el cálculo de la incapacidad temporal)”, como detalla la Seguridad Social. Por ende, no se abandona el empleo que se tenía.
La empleada que ha conseguido su pensión sin Seguridad Social
Ahora vamos a ver el caso en el que una empleada ha conseguido su pensión por incapacidad permanente, a pesar de no estar dada de alta en la Seguridad Social. Hablamos de una empleada del hogar que solicitó una pensión por incapacidad permanente total, por sufrir lesiones en la cadera y discopatía lumbar. Estas lesiones le imposibilitan para realizar su trabajo, evidentemente, ya que para hacerse cargo de un hogar hay que trabajar todo el tiempo con el cuerpo y es muy exigente a nivel físico.
El problema es que las empleadas y los empleados del hogar, no suelen tener estar en muchos casos dados/as de alta en la Seguridad Social. Trabajan por cuenta pero, la regulación de estos empleos es compleja y en muchos casos el dinero que se consigue no hace que sea rentable el alta en la Seguridad Social.
Ante la dificultad de conseguir la pensión en estas condiciones, no obstante, la empleada del hogar ha insistido y llevado el caso a los tribunales. Vamos a ver cómo se ha dado el proceso y cómo ha llegado a conseguirla.
La sentencia para esta empleada
En un principio, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), que es el encargado de determinar si se le concede o no la pensión de incapacidad permanente a alguien, la denegó en este caso por la falta de alta en la Seguridad Social.
Hay que tener en cuenta que es un requisito que la Ley General de la Seguridad Social y suele ser imprescindible. Sin embargo, finalmente el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJ) ha comprendido el caso de esta persona y ha decidido darle la pensión de incapacidad permanente total. Todo esto ha sido después de que la empleada insistiera y recurriera su caso ante el Juzgado de lo Social número 8 de Santa Cruz de Tenerife, que lo acabó dando por favorable.
