Las pensiones no contributivas son aquellas que cobran quienes no han cotizado un mínimo de 15 años para acceder a las contributivas. Esto significa que, en el caso de no tener acceso a una pensión contributiva se puede percibir esta otra que funciona realmente como una especie de prestación. Las pensiones contributivas tienen las cuantías más bajas del sistema de pensiones, por funcionar de este modo y no depender de las aportaciones de quienes las cobran durante su vida laboral activa. Hoy vemos cuáles serán los cambios que se darán en ellas el próximo año 2025.
Requisitos para acceder a las pensiones no contributivas
Lo primero que vamos a ver son los requisitos para acceder a las pensiones no contributivas. Están detalladas en la página web del IMSERSO, que es el organismo que las administra y se ocupa de ellas, a diferencia que las contributivas, que dependen directamente de la Seguridad Social.
Según las propias palabras del IMSERSO “la pensión no contributiva de jubilación es incompatible con la pensión no contributiva de invalidez, con las pensiones asistenciales, reguladas en la Ley 45/1960, de 21 de julio, por la que se crean determinados Fondos Nacionales para la aplicación social del Impuesto y del Ahorro, y suprimidas por la Ley 28/1992, de 24 de noviembre, de Medidas Presupuestarias Urgentes y con los subsidios de garantía de ingresos mínimos y por ayuda de tercera persona contemplados por el Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, así como con la condición de causante de la asignación familiar por hijo a cargo mayor de 18 años y con discapacidad igual o superior al 65%”.
Por ello, además de los requisitos que vamos a ver, hay que tener en cuenta estos límites a la hora de acceder a ella. Estos son los requisitos para poder percibirla, según la página web del organismo:
- Tener sesenta y cinco o más años.
- Residir en territorio español y haberlo hecho durante un período de diez años, en el período que media entre la fecha de cumplimiento de los dieciséis años y la de devengo de la pensión, de los cuales dos han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud.
- Carecer de ingresos suficientes: es decir, que las rentas o ingresos personales de que se disponga, en cómputo anual para 2024, sean inferiores a 7.250,60 € anuales. No obstante, si las rentas o ingresos personales son inferiores a 7.250,60 € anuales y se convive con familiares, únicamente se cumple el requisito cuando la suma de las rentas o ingresos anuales de todos los miembros de su unidad económica de convivencia, sean inferiores a las cuantías que se recogen más adelante.
El plan para las pensiones no contributivas hasta 2027
El objetivo que se tiene para con las pensiones no contributivas es que el año 2027 alcancen el 75% del umbral de la pobreza. Se tiene en cuenta que las cuantías que se percibe por estas pensiones son reducidas y que muchas personas que las cobran se ven con dificultades para llegar a final de mes. Por este motivo, la subida podría ser de hasta el 5% para estas pensiones, aunque hay medios y expertos que apuntan que aún más y señalan que será de hasta un 10% o un 14%. El dato final se tendrá a mediados de este mes y la nueva cuantía se cobrará a partir de enero.
Aumento de las pensiones no contributivas en 2025
Lo que sí tenemos claro es que las pensiones no contributivas aumentarán como lo hacen todas ellas y el Salario Mínimo Interprofesional o ayudas como el Ingreso Mínimo Vital. Este aumento, para igualarse a los precios de consumo, tendrá que ser mínimo del 2,8% como lo van a hacer las pensiones contributivas.
Solo queda ver cuál será el aumento final en las pensiones no contributivas, ya que en 2024 sus cuantías están fijadas en 517,90 euros al mes y 7.250,60 al año para la íntegra y en 129,48 euros al mes y 1.812, 65 euros al año para la mínima.
