La limpieza del baño se puede convertir en una de las tareas más complicadas dentro de la casa y en muchas ocasiones no basta solo con un producto industrial, sino que es necesario un truco tradicional para poder dejar atrás los gérmenes y bacterias que se acumulan en los inodoros. El baño es una zona propensa a la suciedad y por eso es importante mantenerla higienizada y desinfectada, en especial el retrete, el punto más conflictivo. Por ello, puede resultarte muy útil, el truco de tu abuela que utiliza un ingrediente que tienes en casa y dejará tu inodoro limpio y reluciente.
Este remedio casero es ni más ni menos que el uso de sal para limpiar el inodoro. Este elemento básico en cualquier cocina, al mezclarse con otros elementos simples, logra una desinfección profunda, elimina el sarro y neutraliza olores desagradables.
Así se aplica este truco para los inodoros
Para conseguir que el método se aplique de la forma correcta y tenga los resultados esperados, deberás seguir los siguientes pasos:
- Deberás hacerte con los siguientes ingredientes: 250 gramos de sal, 250 gramos de bicarbonato de sodio y 25 cucharadas de aceite neutro.
- Después verterás estas tres sustancias dentro del inodoro.
- Extender la mezcla por los bordes y las paredes internas para cubrir toda la superficie posible.
- Tras ello, cierra la tapa del inodoro.
- Es el momento de dejar actuar la combinación toda la noche para que la reacción química deshaga el sarro y las impurezas.
- Al día siguiente, calienta agua hasta llevarla a hervir.
- Vuelca con cuidado el agua hirviendo dentro del inodoro.
- A continuación, tira de la cadena para desechar los residuos que puedan quedar sueltos.
- Y finalmente, y de manera opcional, exprime medio limón sobre la superficie para aportar brillo y perfume.
Para que tu váter se mantenga limpio y no se acumule la suciedad, deberás repetir este proceso cada 15 días o un mes. Una rutina ideal para dejar tu inodoro en perfectas condiciones.
El truco también vale para juntas y azulejos
La utilización de sal como método de limpieza no solo es eficaz en sanitarios o instalaciones higiénicas, sino que también es un elemento muy valioso para limpiar las juntas y los azulejos del baño. Estos son los pasos para aplicar el truco en estos dos componentes:
- El paso inicial es cepillar las juntas con un cepillo firme y posteriormente enjuagarlas con una esponja.
- Después tendrás que aplicar vapor para protegerlo de los hongos, aunque esto solo es en casos puntuales.
- A continuación, usar blanqueador para recuperar luminosidad.
- Y por último, pintar las juntas si quieres recuperar el blanco original.
Las propiedades de la sal, claves para la limpieza
Te preguntarás que porqué funciona la sal en la limpieza del baño. Pues bien, este ingrediente cuenta con propiedades antibacterianas y antisépticas, que le convierten en un recurso idóneo para desinfectar superficies.
Gracias al contacto con el agua del inodoro, los residuos se suavizan y la acumulación de sarro se reduce. Además ayuda a evitar las manchas persistentes. Cuando se mezcla con el bicarbonato, la sal aumenta su efecto limpiador y consigue neutralizar los malos olores y eliminar restos que se acumulan en las paredes del inodoro. Un truco casero muy polivalente: también vale para azulejos, duchas o griferías.
Otros métodos tradicionales para eliminar la suciedad
El truco de la sal no es el único que ayuda a desincrustar el sarro y a dejar el inodoro desinfectado. Estas son otras alternativas:
- Piedra pómez: Perfecto para manchas resistente, aunque debe estar humedecida.
- Bicarbonato y agua oxigenada: Consigue una pasta eficaz contra el sarro.
- Vinagre y limón: Esta mezcla ayuda a eliminar las manchas amarillentas.
- Amoníaco diluido: Una opción recomendada en casos extremos y siempre con protección.
- Gaseosa negra: Extendida sobre la superficie, ablanda la suciedad en media hora.