En medio del ruido por la salida de Joan García al Barça y con el mercado de fichajes a punto de entrar en ebullición, hay otro tema que ha calado fuerte entre el espanyolismo estos días: la posible venta del club. Y más concretamente, el interés de Alan Pace, empresario estadounidense y actual dueño del Burnley, por hacerse con el control del RCD Espanyol. La exclusiva la dio La Grada, y fue ampliada por SPORT, lo que bastó para que su nombre pasara a estar en boca de todos.
Pero vamos por partes, porque hay que tenerlo claro: no hay absolutamente nada cerrado. Desde el club, fuentes consultadas aseguran que el interés es real, sí, pero también avisan de que no está tan avanzado como se ha dicho, ni es la única opción, ni siquiera la más interesante a nivel de proyecto. Así que calma. Que en esto, como en todo, queda cuerda para rato.
¿Quién es Alan Pace?
Pace no es un desconocido en el fútbol. De hecho, es el actual presidente del Burnley, equipo inglés con el que ya ha vivido dos ascensos a la Premier League. Lo compró en 2020 a través de su fondo inversor ALK Capital, y desde entonces no ha parado de aplicar su particular manera de gestionar un club: mucho foco en la tecnología, los datos y la optimización de recursos. Ahora bien, el Burnley también ha bajado dos veces con él al mando. Así que su historial mezcla luces y sombras.
El propio Pace se define como “un líder destacado en deportes y servicios financieros”. Tiene más de 20 años de experiencia en Wall Street, fue director general de Lehman Brothers y ha trabajado en proyectos relacionados con el Real Salt Lake de la MLS, al que llegó a convertir en campeón en apenas dos temporadas. También ha estado vinculado a consultoras que asesoran a propietarios de clubes y ligas deportivas.
¿Y qué es ALK Capital?
ALK son las iniciales de las hijas de Pace. Así bautizó su fondo este apasionado del snowboard y el surf, que ha centrado su actividad en el deporte, los medios y el entretenimiento.
Su rama deportiva se llama Velocity Sports Partners, y ha invertido en plataformas de scouting como AiScout y Player LENS.
Se presentan como “un equipo de profesionales de alto calibre con experiencia en inversiones, operaciones y reestructuraciones”, y aseguran que su objetivo es “maximizar el potencial comercial” de los clubes que gestionan, a la vez que construyen “empresas sostenibles”. Suena bien, pero lo cierto es que a nivel emocional el proyecto no enamora aún a la mayoría de pericos.
Ilusión, pero con freno de mano
Cuando salió la noticia, muchos reaccionaron con entusiasmo. Y es comprensible: hay un hartazgo generalizado con Chen Yansheng y la inacción de Rastar Group. Pero a medida que se ha ido sabiendo más sobre Pace, el tono ha cambiado. No parece el típico jeque ni un salvador mesiánico, sino más bien un gestor serio, profesional, pero con un perfil más contenido. En resumen: no vendría a tirar la casa por la ventana ni a prometer Champions en tres años.
El espanyolismo quiere saber qué puede ofrecer si finalmente aterriza. Quiere certezas, no solo que venga alguien a “ordenar las cuentas”. Porque el club necesita aire fresco, pero también alma, ambición y un proyecto que conecte de verdad con la afición. De momento, Pace no ha enseñado su carta de presentación.
El futuro, en manos de Chen
Todo dependerá, una vez más, de Chen Yansheng, de Rastar y de cómo avancen o no las negociaciones. SPORT asegura que hay una oferta formal y que el proceso está “en fase de cierre”, lo que convierte este mes de junio en un posible punto de inflexión. Pero ya sabemos que con este club las cosas nunca son tan fáciles como parecen.
Así que, de momento, toca observar y esperar. Porque Alan Pace está en el radar, pero su aterrizaje en el RCDE Stadium todavía es solo una posibilidad. Una entre varias.
Datos: SPORT