Durante la transmisión en La Grada Ràdio del encuentro amistoso entre el VfL Wolfsburg y el RCD Espanyol, ha trascendido un episodio que, aunque ajeno al terreno de juego, tiene implicaciones importantes en el nuevo proyecto blanquiazul liderado por Alan Pace. Según explicó en directo un seguidor del Espanyol residente en Alemania, Héctor Gimeno, éste fue testigo de una escena llamativa en el hotel donde se aloja la expedición perica: una persona accedió al establecimiento preguntando expresamente por el consejero delegado del club, Mao Ye, con quien mantuvo una reunión privada.

La sorpresa llegó cuando esta persona fue identificada. Se trataba de Alexander Rosen, exdirector deportivo del TSG 1899 Hoffenheim, quien explicó posteriormente que es persona de confianza del nuevo propietario del Espanyol, Alan Pace.
A Rosen, una figura con amplio recorrido y prestigio en el fútbol alemán, lo recibió Fran Garagarza, director deportivo del Espanyol, con quien ya tenía relación previa. Ambos se saludaron con familiaridad y se dirigieron al bar del hotel, donde estuvieron conversando durante un buen rato junto al CEO del club.

El detalle curioso llegó justo antes de que el técnico del primer equipo, Manolo González, subiera a su habitación. Garagarza le presentó rápidamente a Rosen en un encuentro fugaz, casi de cortesía, que no duró más de un minuto. Fue la primera vez que el entrenador y el ex del Hoffenheim se veían en persona.

En marzo pasado, se publicaba en la prensa alemana que Rosen había comenzado a trabajar como consultor para ALK, el grupo que adquirió hace unos años el Burnley FC, el club inglés del que es propietario Alan Pace, entonces disputando la Championship.
El técnico dejaba así los banquillos para utilizar su experiencia y red de contactos como asesor entre bastidores para optimizar las operaciones futbolísticas de ALK. Según esas informaciones, Rosen no era empleado permanente ni del Burnley FC ni de ALK, sino que participaba como consultor externo en función de las necesidades del grupo y del club inglés.
Rosen, nacido en Augsburgo el 10 de abril de 1979, es un perfil sobradamente conocido en el fútbol alemán, tanto por su trayectoria como jugador como, especialmente, por su extensa y consolidada carrera en la gestión deportiva. Como futbolista, formó parte de clubes como el Eintracht Frankfurt, FC Augsburg, VfL Osnabrück o Stuttgarter Kickers. Incluso llegó a representar a Alemania en el Mundial Sub-20 de 1999 celebrado en Nigeria.
Sin embargo, fue tras colgar las botas cuando su figura cobró relevancia. En 2010 se incorporó a la estructura del Hoffenheim, donde asumió primero la dirección del centro de rendimiento juvenil. En abril de 2013 fue nombrado jefe de fútbol profesional y, a partir de octubre de ese mismo año, ejerció como director de fútbol profesional del club, un cargo que mantuvo durante más de una década. Su responsabilidad e influencia dentro del proyecto del TSG fue en aumento hasta ser nombrado director general de deportes antes del inicio de la temporada 2023-24.
El pasado 29 de julio de 2024, sin embargo, el Hoffenheim anunció su destitución con efecto inmediato. La decisión no fue bien recibida por parte de la afición, que expresó su malestar con protestas dirigidas tanto al histórico inversor del club, Dietmar Hopp, como al conocido agente de futbolistas Roger Wittmann. Meses más tarde, se producía la citada incorporación a ALK. Desde entonces, Rosen ha venido desempeñando un rol de mentoría en clave futbolística, aportando su experiencia desde un segundo plano y colaborando como asesor externo, sin estar integrado de forma permanente en el Burnley.
Pues bien, ese mismo rol es el que va a ejercer ahora también en el Espanyol. Rosen no formará parte del día a día del club blanquiazul, pero sí va a asesorar a Velocity en todos los aspectos relacionados con la gestión deportiva, al igual que ha hecho en Turf Moor. La idea es que su figura sume con una función de acompañamiento y análisis global, sin interferir en la operativa diaria de Garagarza ni del cuerpo técnico.

De hecho su presencia en Alemania no fue casual ni improvisada: se le pidió expresamente que asistiera al partido contra el Wolfsburg y que aprovechara para reunirse con algunas de las figuras clave del organigrama blanquiazul. Una toma de contacto en toda regla con la realidad del Espanyol, estableciendo esos primeros vínculos de confianza con quienes llevarán el peso del proyecto sobre el césped y desde los despachos.
En resumen, Alexander Rosen no aterriza en Cornellà para mandar ni para fichar. Llega para ayudar, orientar y poner su experiencia al servicio de un Espanyol que empieza una nueva era con Alan Pace al mando.