Una jueza de Barcelona ha decidido procesar al exjugador del RCD Espanyol Álvaro Aguado por la presunta comisión de un delito de agresión sexual a una empleada del club. Los hechos habrían tenido lugar durante la fiesta de celebración por el ascenso a Primera División, celebrada en la discoteca Opium de Barcelona el 23 de junio de 2024.
La magistrada considera que “existen indicios del delito de agresión sexual”, y por eso ha acordado abrir el procedimiento judicial correspondiente, imponiendo además una fianza de 5.000 euros al futbolista. A partir de ahora, el caso queda a la espera de los escritos de acusación de la Fiscalía y de la denunciante, mientras el jugador deberá declarar el próximo 3 de noviembre en la Ciudad de la Justicia.
Una denuncia que llega meses después
Según el auto judicial, la empleada del club presentó la denuncia meses después de la presunta agresión, lo que ha impedido recuperar las grabaciones de las cámaras del local. Tampoco la discoteca activó los protocolos de actuación ante posibles agresiones sexuales, ya que la víctima no informó al personal de lo ocurrido aquella misma noche.
Aun así, la jueza da total credibilidad a la denunciante, subrayando que “ha mantenido la misma versión en todas sus declaraciones”, tanto ante los Mossos d’Esquadra como en sede judicial. Además, los informes forenses y los testimonios de otros empleados del club que estuvieron en la fiesta “corroboran” parcialmente su relato.
La versión de Aguado
En su declaración, Álvaro Aguado reconoció haber mantenido relaciones sexuales con la trabajadora, aunque insistió en que fueron consentidas. Según su testimonio, fue ella quien “se abalanzó” sobre él y ambos se dirigieron al baño “porque no se encontraba bien”.
El exjugador también explicó que se enteró de la denuncia a través del propio Espanyol, aunque el club no llegó a activar el protocolo interno contra la violencia sexual ni tomó ninguna medida disciplinaria mientras el futbolista permaneció en la plantilla.
Sin medidas del club y a la espera de juicio
La jueza destaca que la víctima “se ha mostrado sincera al relatar los hechos vividos”, aunque con recuerdos fragmentados, algo habitual, según el auto, en casos de agresión sexual. Los mensajes posteriores a la noche de los hechos, incorporados al sumario, también reflejan el estado emocional de la trabajadora, reforzando su versión.
Con esta decisión, el procedimiento pasa ahora a la fase en que tanto la Fiscalía como la acusación particular podrán formular sus escritos. Si se mantiene la acusación, Aguado será finalmente juzgado por agresión sexual, un delito que podría acarrear penas de prisión si es declarado culpable.
