30Por fin alguien lo dice alto y claro: “El Espanyol como equipo está haciendo bien muchas cosas, y como club podría mejorar muchas cosas”. Y no lo dice cualquiera, lo dice Ander Mirambell, pionero del skeleton en España, cuatro veces olímpico y perico de corazón. En una entrevista muy cercana y sin pelos en la lengua con Oliver Domínguez, Country Manager de Flashscore España, Ander Mirambell se sienta a hablar de lo que más le gusta: deporte, valores… y, cómo no, el Espanyol.
Mirambell, que antes de lanzarse por toboganes helados a 140 por hora fue atleta de pruebas combinadas, tiene un vínculo muy especial con el club blanquiazul. No solo por sentimiento, sino porque fue embajador del Espanyol. “Llevaba sus colores cuando hacía skeleton. Cuando había campeonatos de España, iba con el escudo. Como embajador, me encargaba sobre todo de la parte social”, explica. Y ahí deja entrever su lado más humano: “Fui a Calgary a hablar de skeleton y del Espanyol en un colegio, participé en actos con gente con síndrome de Down, en encuentros de peñas… Usaba los valores del fútbol y del Espanyol para hacer cosas maravillosas para la sociedad”. Y suelta una reflexión que invita a pensar: “Ahí es una de las cosas pendientes que debíamos hacer en nuestro país. Utilizar más a los deportistas y al deporte para cambiar cosas”.
Pero claro, la conversación acaba cayendo donde todos caemos cada semana: el primer equipo. Y aquí Ander se moja con un mensaje que muchos pericos firmaríamos ahora mismo: “Lo veo mejor. Manolo está haciendo un gran trabajo como grupo. Cuando un equipo tiene limitaciones, la clave es hacer un bloque. Y eso es lo que estamos haciendo”.
El ex piloto valora el trabajo del míster desde lo más profundo del respeto: “Manolo ha entrenado en todas las categorías, conducía un autobús… y ahora está llevando al equipo a rendir por encima de sus posibilidades”. Vamos, que le reconoce ese mérito que muchas veces se pasa por alto. No todos los entrenadores tienen la humildad de decir “me he equivocado” y cambiar de sistema cuando no funciona. Para Ander, ese gesto lo dice todo: “Dejó el sistema de cinco y pasó a defensa de cuatro. Ahí ves humildad. Y ese esfuerzo cala en los jugadores. Ahora tienes once mercenarios dispuestos a tirarse de cabeza contra un poste si hace falta para salvar al equipo”.
Mirambell no se queda en lo superficial. Habla de automatismos, de confianza, de mentalidad. Y cuando comenta las nuevas incorporaciones, tampoco reparte elogios gratuitos. Le flipa lo que está aportando Roberto sin balón: “No solo por los goles, sino por lo que trabaja, por cómo bloquea defensas”. Y se sorprende de que Urko no haya jugado más en la primera vuelta en la Real: “Con tiempo y más presencia física puede ser un líder. Ahora está ayudando a que Král se suelte más arriba”.
Y cuando empieza a sumar piezas, se le ilumina la voz: “Joan está siendo el mejor portero de LaLiga, Omar tiene momentos mágicos, Puado también…”. Y ahí ya se viene arriba: “Tienes un equipo que puede ganar a cualquiera. Como lo hizo contra el Madrid. O el empate con el Atleti. O espero que suceda en la posible victoria contra el Barça”. Y ojo que ese “espero” no suena a deseo loco, sino a convicción.
La charla con Flashscore y Oliver Domínguez nos deja una idea clara: hay gente como Ander, con la cabeza muy bien amueblada y el escudo grabado a fuego, que ve más allá del resultado del domingo. Que entiende que el Espanyol no solo es fútbol, es identidad, es valores, es comunidad. Pero también tiene claro que el club, como institución, “podría mejorar muchas cosas”. Y ahí lo deja, sin tirar piedras, pero con la puerta abierta a que se escuche más a los que sienten de verdad los colores.
Y si alguien con cuatro Juegos Olímpicos a sus espaldas y una vida jugándose el cuello lo dice… igual va siendo hora de escuchar.
