Ángel Martínez, ex jugador del Espanyol, también del Girona y actual concejal en la localidad gerundense, ofrece una reflexión crítica y al mismo tiempo nostálgica sobre la situación actual de ambos clubes en entrevista concedida a Iván Molero para AS. El ex jugador de ambos clubes, que actualmente tiene un vínculo muy cercano con la ciudad de Girona como concejal, destacó la importancia de la estabilidad y el trabajo a largo plazo como claves para entender las realidades tan distintas que atraviesan ambos clubes. “Es que en los últimos años ha cambiado totalmente la película. El Girona ha llegado a donde está por méritos propios, por juego, gestión, paciencia… Y el Espanyol está como está”, comienza analizando Ángel Martínez en sus declaraciones, mostrando su perplejidad por el notable ascenso del conjunto gerundense, que ha logrado consolidarse en la élite, mientras que el Espanyol lucha simplemente por mantener su plaza en Primera, algo que parece haberse normalizado.
El difícil regreso del Espanyol
Sobre la situación del Espanyol, Ángel Martínez es claro y directo: “Pues en momentos de dificultad, eso es obvio. Es muy complicado recuperarse de dos descensos, y más cuando los pilares se tambalean constantemente”. La caída del Espanyol en dos ocasiones al pozo de la Segunda división en un corto período de tiempo ha dejado huella en la estructura del club, afectando a su capacidad para mantener una estabilidad tanto dentro como fuera del campo.
La estabilidad como base del éxito
Al profundizar sobre las razones de la diferencia en los resultados de ambos equipos, Ángel Martínez destaca la importancia de los cimientos sólidos para el éxito sostenido. “La clave es tener unos pilares fuertes sobre los que construir. Es realmente complejo cuando se discute a Rufete, Catoira, Garagarza a Mao, al entrenador del momento, al presidente… El Girona, por su parte, ha logrado todo lo contrario”, señaló, señalando cómo el club rojiblanco ha mantenido una línea constante de trabajo y paciencia, incluso en los momentos más difíciles, cuando otros pensaban que la era de Míchel como entrenador llegaba a su fin.
“Antes caerá la Catedral de Girona que Quique Cárcel, por el trabajo que ha ido haciendo. En el runrún de Segunda, cuando peor lo estaban pasando, se apostó por Míchel. Y Geli es un gran representante del club y de la ciudad. Tener fuertes esos pilares, gozar de estabilidad es algo que llega al equipo y que le hace creer y crecer”, continúa Ángel Martínez, elogiando la labor de quienes han mantenido el proyecto del Girona en pie.
Un perico ‘gironí’ ante dos mundos paralelos
Como alguien con raíces profundas en ambos clubes, el dilema personal de Ángel Martínez no es sencillo. “Es muy complicado. El Espanyol siempre ha tenido esos rasgos de rebeldía, de ser el díscolo porque se siente marginado en Barcelona. Y a mí me gusta ver al Espanyol sufrir y competir, y disfrutar del Girona, por su juego, su dinamismo. Para mí fue increíble escuchar el himno de la Champions en Montilivi”, comenta con cierta nostalgia.
El contraste entre ambos equipos es grande en este momento: “En una misma categoría, son ahora mismo dos mundos paralelos. El día y la noche”. Mientras que el Girona vive una etapa de novedad y crecimiento, el Espanyol enfrenta la desesperación de un posible descenso y la amenaza de convertirse en un club ascensor, como comenta Ángel Martínez: “Para el Girona, todo lo que le sucede es muy nuevo, vive en una burbuja, tiene internacionales e incluso marcan con sus selecciones, como Bryan Gil el otro día en el España – Suiza. Y el Espanyol, al revés, en descenso aunque sea con un partido menos, padeciendo para no convertirse en un club ascensor. Hace daño, sinceramente”.
El derbi con sabor agridulce
El derbi entre los dos equipos catalanes, para Ángel Martínez, será un encuentro cargado de emociones encontradas. “Por eso el partido de este sábado será especial y complicado a la vez para mí. Pase lo que pase, lo quiero disfrutar, aunque sin mirar mucho el resultado, para no sentirme ni contento ni triste”, explica.
De su debut en la UEFA a la amarga realidad actual
El ex jugador del Espanyol no olvida su paso por el club, que marcó su carrera. Recordó con cariño su debut en la temporada 2006-07 en la Copa UEFA, donde el equipo, con figuras como Kameni, Jarque, Iván de la Peña, Luis García y Raúl Tamudo, alcanzó momentos de gloria. “Cuando mis hijas me preguntan sobre aquella época y les hablo del ‘Tamudazo’ y del ‘Delapeñazo’, no se lo creen”, contó con una sonrisa. “Teníamos la certeza de que podíamos ganar a cualquiera”.
Pero el tiempo ha pasado y la situación del club es muy distinta: “Los descensos hacen mucho daño a cualquier club. Y no uno, sino dos, en muy poco tiempo. Es frustrante, lógicamente, pero la realidad es otra y el momento es muy distinto”, reflexiona Ángel Martínez. Sin embargo, deja claro que, más allá de las dificultades, el Espanyol sigue siendo su equipo. “Lo bueno, es que sigue siendo nuestro equipo, con los mismos colores y el mismo escudo que defender”.
