Este martes 18 de noviembre, a las 19:00h, la Asociación de Pequeños y Medianos Accionistas del Espanyol (APMAE) celebrará una asamblea extraordinaria en el Centre Cívic de les Cotxeres de Sants, en Barcelona, para definir su posicionamiento oficial ante la Junta General de Accionistas que debe certificar el relevo definitivo en la propiedad del club, con la entrada de Alan Pace y Velocity Sports Partners como nuevos máximos accionistas del RCD Espanyol.
En este contexto tan significativo, La Grada ha querido entrevistar al presidente de la entidad, Carlos Bosch, en una conversación que ha servido tanto para conocer la postura de la APMAE ante esta nueva etapa institucional como para pasar balance a la gestión de Rastar, que llega a su fin tras casi una década al frente del club.
Sus palabras permiten contextualizar el momento actual del espanyolismo desde el prisma del pequeño accionariado, con mirada crítica pero también constructiva. Una visión necesaria justo cuando el club se dispone a abrir una nueva página de su historia.
Resultado operativo 2017-2025: un cierre en positivo… maquillado
Carlos Bosch ha explicado de entrada su malestar por el hecho de que no se permita acceder al espanyolismo en general a las imágenes en abierto de la Junta de Accionistas del próximo martes, y aún no se sabe si habrá una rueda de prensa posterior: “Será una junta farragosa y aburrida porque hay 13 puntos formales, el cambio de propiedad ya pasó, se aprobará el cambio del consejo. Se hablará de cambios técnicos, y luego se hablará de números y cifras que es lo más interesante”

El Espanyol cerrará el ejercicio 2025 con un pequeño superávit operativo de 2,55 millones de euros, lo que en apariencia podría interpretarse como una mejora tras años de números rojos. Sin embargo, ese dato está directamente inflado por una operación extraordinaria: la venta de Joan García por 26,4 millones al FC Barcelona.






Si se elimina ese ingreso puntual, el resultado real vuelve a ser negativo, con unas pérdidas operativas de -23,4 millones de euros. Es decir, sin vender al portero, el club habría vuelto a cerrar en rojo por quinto año consecutivo. En total, entre 2021 y 2024, el Espanyol acumuló unas pérdidas cercanas a los -90 millones de euros
Un modelo de negocio frágil y dependiente de la televisión
Según detalla la APMAE, el modelo económico del club durante el mandato de Rastar ha sido altamente dependiente de los derechos televisivos, que suponen más del 60 % de los ingresos en todos los ejercicios analizados.
En concreto, en 2025 los ingresos totales alcanzaron los 95 millones de euros, pero buena parte de esa cifra tiene origen en televisión y ventas de jugadores. La conclusión es clara: la viabilidad económica del Espanyol ha estado íntimamente ligada a estar en Primera división y a hacer caja con traspasos
La APMAE avisa: este modelo no es sostenible, y el nuevo equipo gestor debería apostar por diversificar ingresos con fórmulas como el naming del estadio, el desarrollo del merchandising, un plan serio de taquillaje y, sobre todo, la experiencia de partido, un activo muy infrautilizado.
Gasto estructural elevado, pese al ajuste deportivo
En el apartado de gastos, se repite el mismo patrón: el club ha gastado durante años por encima de su capacidad real de generación de ingresos. La dependencia de la televisión también se traduce en las salidas: más del 65 % del gasto ordinario está ligado al área deportiva y de plantilla
Se señala que en los últimos ejercicios se ha realizado un ajuste en las partidas puramente deportivas, pero no ha sido suficiente para cambiar la tendencia estructural. De hecho, en el último curso en Segunda división se hizo una apuesta arriesgada, recortando el gasto deportivo en un 40 % respecto a años anteriores en la misma categoría.
Las pérdidas operativas obligaron a vender… o a poner dinero desde China
La conclusión es demoledora: el Espanyol ha presentado pérdidas operativas estructurales año tras año, que solo se han podido mitigar con ventas de jugadores o con aportaciones directas de capital por parte de Rastar.
Durante los años en Segunda, esta situación se agravó. Al no tener ingresos suficientes y mantener un nivel de gasto elevado, el club se vio obligado a vender por encima de lo previsto para cuadrar cuentas. En otras palabras: sin traspasos millonarios o sin la inyección desde China, el club no habría podido sobrevivir
¿Y ahora qué? El reto de Alan Pace: diversificar o morir
Este informe cierra el ciclo económico de Chen Yansheng y Rastar al frente del Espanyol, dejando una clara fotografía: el modelo económico basado en televisión y traspasos está agotado y es insostenible a medio plazo.
El nuevo propietario, Alan Pace, tiene sobre la mesa un reto claro: construir un modelo económico más robusto, menos volátil y con más fuentes de ingreso estructural. Y para eso se necesita estrategia, inversión, creatividad y tiempo.
El club, por su historia, estadio y masa social, tiene potencial. Pero no puede seguir dependiendo de un gol por la escuadra en forma de venta inesperada cada verano.
La exposición del presidente de la APMAE centra la tertulia, con críticas al modelo de Chen, defensa de la cantera y esperanza en el nuevo rumbo con Velocity
La Tertulia reunió a Toni Bermejo, Víctor Maymó, Jordi Palacio y el propio Carlos Bosch, en una mesa marcada por el análisis económico, el relevo accionarial del Espanyol y la necesidad de una nueva era de gestión más ambiciosa y profesionalizada. El eje del debate fue la exposición que hizo Bosch sobre el pasado, presente y futuro del club a las puertas de una Junta General histórica.
Carlos Bosch fue claro desde el principio: “Ha habido clubes que han pasado situaciones delicadas y han crecido, como el Atlético de Madrid. Han perdido dinero pero han sabido crecer. El Espanyol no ha sabido hacerlo”. “Hay que diversificar los ingresos y cambiar estructuras si no queremos estar igual dentro de diez años”, advirtió.

Debate entre realismo, crítica y autocrítica sobre Chen y Rastar
Toni Bermejo no se mordió la lengua: “Chen vino con el discurso de que no iba a ser necesario vender jugadores. Deportivamente la gestión ha sido muy mala”. Aun así, reconoció que “económicamente Chen ha dado al club cierta estabilidad”. Víctor Maymó fue aún más contundente en la crítica: “Dos descensos, incapacidad de generar ingresos, reventados a nivel social. Nos ha unido su negligencia”.
Francesc Via, por su parte, matizó: “Chen puede haber sido un gestor nefasto, pero se ha rascado el bolsillo con 200 millones para el agujero que ha creado. Lo que entrega a Pace es lo mejor que recibió”. Palacio añadió: “Imaginaos tener un Peter Lim. Chen ha tapado sus agujeros, han sido responsables con sus desastres”.
Esperanza con Pace y exigencia de cambios estructurales
Carlos Bosch valoró positivamente la llegada de Alan Pace y sus nuevos acompañantes: “El acuerdo con Cynosure y Dave Checketts es muy importante. Tienen capacidad financiera, pero no darán un cheque en blanco. Han escuchado mucho y tienen clara la hoja de ruta. Sólo pedimos que escuchen a la gente local. Eso implica cambios en estructuras, personas y actitud”.
También compartió una conversación con Antonio Dávila sobre la continuidad de proyectos técnicos: “La mayoría de cambios de banquillo no aportan, hay que saber cuándo toca cerrar ciclos. Y se debe reforzar el área deportiva”.
El papel de la masa social y los nuevos socios
Bermejo insistió en que el crecimiento del Espanyol debe ir de la mano de su gente: “Tenemos una masa social joven, creciente, positiva, hay que cuidarla y mimarla”. Maymó preguntó de dónde vienen los nuevos socios, y Bosch admitió que “esos datos no se conocen ahora porque no hay director de marketing. Pero los americanos lo van a corregir. Cuantos más socios, más espónsors vendrán”.
Autocrítica sobre el pasado y defensa de la cantera
El debate no esquivó los errores históricos del club. Via recordó que “el club en la época Sarrià-Montjuïc pagaba nóminas pero no a Hacienda o la Seguridad Social. Hemos hecho muy mal las cosas muchos años”. Bermejo lamentó la pérdida de talento de la base: “También hemos perdido cantera”. Bosch cerró recordando que en el año del descenso por el COVID, la APMAE eligió apoyar al club en lugar de una guerra civil interna: “Desde Rastar nos decían que la cantera es lo mejor porque no cuesta dinero y todo es ganancia. No tenían ni idea de lo que es este club”.
