El Espanyol ganó al Rayo Vallecano. Sumó tres puntos de oro, se coloca quinto en la tabla y sigue en puestos europeos con todas las de la ley. Pero si algo quedó claro tras los 90 minutos en Cornellà es que lo del trencilla Sánchez Martínez fue un recital de errores que, por suerte, no influyó en el resultado. Porque si lo llega a hacer, estaríamos hablando muy posiblemente de escándalo. Tras mucho tiempo, posiblemente desde el escándalo de Son Moix el pasado curso que obligó a Mao ye a desplazarse a Madrid a pedir explicaciones, un arbitraje en clave perica vuelve a ser noticia, y no para bien.
El colegiado murciano firmó un partido ciertamente para olvidar: pitó un penalti discutido, expulsó a dos jugadores, uno por equipo, por dobles amarillas bastante cuestionables, anuló un gol legal de Kike García y, por si fuera poco, se fue al VAR para valorar una mano clarísima de Mendy y aún así decidió no señalar nada. El audio de la revisión de la jugada parece dejar claro que no quiso pitarlo, porque todo hacía ver que lo era, si no, no le hubiesen llamado desde Las Rozas. Pero a este nivel en un arbitraje español que ha protagonizado un fin de semana ciertamente para olvidar, no hace falta que los rivales te compliquen el partido: ya lo hace el señor colegiado.
🔴 #NotasAV | Catastrófico arbitraje de Sánchez Martínez al frente de un Espanyol – Rayo Vallecano con varias acciones surrealistas.https://t.co/B4V7nolGPz
— Archivo VAR (@ArchivoVAR) December 7, 2025
Un penalti que genera dudas y una roja que nadie entiende
La primera decisión polémica llegó antes del descanso y hay que decir que benefició al Espanyol, lo que demuestra que más que mala intención, hay falta de nivel; de hecho, con este son seis partidos que ha pitado a los rayistas y todos han concluido con derrota. Dolan cayó en el área tras un forcejeo con Pep Chavarría y Sánchez Martínez no dudó en señalar penalti. ¿Era penalti? Pues se puede discutir. ¿Se han pitado cosas peores? Seguro. ¿Había suficiente para tirarse al suelo? Esa ya es otra pregunta. Roberto no falló desde los once metros y puso el 1-0.
Pero la cosa no quedó ahí. Unai López, que ya tenía una amarilla, vio la segunda tras una acción que muchos catalogaron de inofensiva. También Tyrhys Dolan acabó expulsado por otra doble amarilla que levantó cejas en todas las gradas. Ni una ni otra parecieron claras: en el caso del extremo del Espanyol, el problema es que antes había provocado inocentemente la amonestación al hacer un piscinazo de esos que ya no cuelan hoy en día. Un error que no puede volver a cometer, ya que ha de pensar en las consecuencias de dejar al equipo con 10 y más en su caso, que estaba firmando un partido enorme. En cualquier caso, dos tarjetas que dejaron al partido descompensado y la sensación de que el colegiado iba por libre.
El penalti por mano que fue… pero no fue
Minuto 67. Un balón aéreo cae en el área del Rayo, Calero lo peina y la pelota rebota en el brazo extendido de Mendy. El estadio estalla ante la claridad de la acción, los jugadores del Espanyol piden penalti, y Sánchez Martínez, tras la llamada de Melero López desde el VAR, va al monitor. Todo parecía indicar que iba a pitarlo, Pero no. Lo ve. Lo revisa. Y decide que no hay acción punible.
🖥️💥 Cruce de cables de Sánchez Martínez en el Espanyol – Rayo Vallecano.
👉🏻 Mendy, con el brazo totalmente abierto, de forma voluntaria, y ocupando un espacio, desvía el balón.
❌ 𝗣𝗘𝗡𝗔𝗟𝗧𝗜 𝗖𝗟𝗔𝗥𝗢.
▪️ Sánchez Martínez, inexplicablemente, llevó la contraria al VAR. pic.twitter.com/deRchPsTix
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El brazo de Mendy ocupa un espacio antinatural, está extendido y desvía la trayectoria del balón. Todo lo que normalmente se penaliza. Pero el árbitro dijo que no. Hasta el propio Mendy parecía resignado a que lo señalaran. Pues no. Otro lío más para la colección.
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El gol anulado a Kike García: “Me pinchan y no sangro”
Por si no fuese suficiente, en el minuto 82 llegó la escena más surrealista de todas. Kike García marcó el 2-0 tras una gran acción colectiva, lo celebró con la lógica rabia, pero la jugada fue revisada por el VAR por un posible fuera de juego. La imagen del semiautomático… mostraba que no lo estaba. Y aun así, el gol fue anulado.
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Kike lo resumió con una frase lapidaria en redes sociales: “Me pinchan y no sangro”, junto a un emoji de risa y otro de locura. Manolo González, en rueda de prensa, tampoco escondió su frustración: “Nos enseñaron una imagen que… entiendo que es muy difícil arbitrar, pero hay que unificar los criterios. Si no, te vuelves loco”.