La historia que prometía ser un bonito cuento de fútbol, activismo y redención, ha acabado antes de tiempo y con un sabor agridulce. Arnau Baqué, activista perico muy conocido en el entorno blanquiazul, ha publicado este miércoles una emotiva carta abierta en la que anuncia su retirada definitiva del proyecto de adquisición de la mayoría del capital del Athletic Club Ajaccien (ACA Football). Lo hace, según explica, tras días de reflexión, y como consecuencia directa de la decisión tomada por la Federación Francesa de Fútbol el pasado 15 de julio.
Con un tono profundamente sentido -“con inmenso pesar y escribiendo estas líneas que me causan tanto dolor”, arranca el comunicado-, Baqué explica que se ha visto forzado a dar un paso atrás por la “falta de confianza” mostrada por la actual dirección del Ajaccio, unida a “desacuerdos importantes surgidos entre las partes a partir del 8 de julio”. Asegura que durante todo el proceso ha faltado transparencia, y que la urgencia por mejorar la crítica situación financiera del club complicó aún más las negociaciones.
En su carta, Baqué no oculta su frustración y dolor. Aprovecha también para agradecer el recibimiento de la afición del ACA durante estos dos últimos meses, desde que su figura apareció en el radar del club corso. “He intentado estar lo más cerca posible de todos vosotros, y jamás olvidaré vuestros testimonios de afecto, vuestro amor por mí, vuestra proximidad y familiaridad”, escribe con emoción. “Ser aficionado del ACA es un enorme logro; es una verdadera alegría poder vivir valores como los que representa este club”.
A pesar de sus esfuerzos por redoblar el compromiso económico y salvar el acuerdo, Baqué cuenta que se encontró con un giro de guion difícil de asumir: “Se me ha pedido, públicamente además, desde la rueda de prensa del 16 de julio, que aumente mi aportación financiera a casi el triple de lo inicialmente propuesto. No puedo seguir en un proyecto donde no existen las mínimas bases de confianza”.
Una de las claves de la ruptura parece haber sido también la decisión del ACA de “apartarse de la línea común” que ambas partes habían seguido hasta ese momento, y que Baqué lamenta profundamente. Según su relato, el club optó por no seguir adelante con el proceso apoyado por la FFF, lo que excluía automáticamente su participación y la de su equipo.
Pese a todo, en su texto deja claro que mantuvo hasta el final su intención de “acompañar al club” hasta el desenlace del recurso presentado ante la Federación Francesa, recurso que tuvo su vista el pasado 15 de julio en París. Sin embargo, ese esfuerzo no ha sido suficiente para reconducir la situación.
En el tramo final de la carta, el tono se vuelve todavía más personal y humano: “Con una profunda emoción y las lágrimas en los ojos al escribir estas palabras”, Baqué reconoce que se marcha “devastado por la situación actual del ACA”, pero con la conciencia tranquila por todo lo que ha dado. “He sido honesto y generoso en mis esfuerzos, sin pensar sólo en mí mismo sino en los demás”, remarca.
A modo de despedida, lanza un deseo que suena a mensaje de esperanza: “Ojalá el ACA sepa superar este momento crítico y que su historia centenaria celebre muchos aniversarios más”.
La carta se cierra con un “Un gros câlin et toujours un autre Ajaccien!” y el ya característico grito de guerra: FORZA AIACCIU. Una despedida en toda regla, sin rencor pero con una herida evidente. Y con la sensación, quizá, de que se ha perdido una oportunidad única.
