Hay veces que las desgracias no sorprenden. No porque no sean graves —lo del pasado jueves lo fue, y mucho—, sino porque llevaban tiempo anunciándose. Lo que ocurrió en los minutos previos al derbi en los alrededores del RCDE Stadium, cuando un coche arrolló a 17 afcionados del Espanyol en plena Avinguda del Baix Llobregat en Cornellà, no fue una tragedia imprevisible. Fue una advertencia ignorada.
Así lo han revelado los periodistas Judit Bertran y Jose Real en El Periódico, en una pieza que indigna por lo que cuenta… y por lo que lleva años sin hacerse. Según su información, se lleva desde 2021 —sí, cuatro años ya— pidiendo que se corte al tráfico esa calle los días de partido. No es una queja puntual, ni fruto del calentón. Es una solicitud reiterada, documentada, transmitida al club en varias ocasiones. Y lo peor: es una petición que tiene toda la lógica del mundo.
Ese tramo de la Avinguda del Baix Llobregat se ha convertido desde hace tiempo en un punto neurálgico de la previa perica. Es donde se junta la afición, donde se calientan los cánticos, donde nace el ambiente. Y es donde, el pasado jueves, un vehículo conducido por una mujer de 34 años atropelló primero a una aficionada que quedó atrapada bajo el coche y, acto seguido, embistió a una veintena más antes de ser detenida. Una auténtica barbaridad.
El texto de El Periódico es claro: “las agrupaciones pericas […] llevaban desde 2021 advirtiendo al club, en varias comunicaciones, de la necesidad de cerrar al tráfico esa calle”. Y no solo eso. También proponían quitar contenedores, bicis o coches aparcados que pudieran complicar las cosas si había problemas. Pero, a pesar de todo, el tráfico siguió siendo habitual. Ni siquiera en partidos grandes como los de Real Madrid, Atlético o Betis se modificó ese acceso. Como mucho, se cambió el sentido de circulación en dirección al Splau. Poco más.
Según esta información, el club prometió que trasladaría esas quejas a la policía, pero ni la Guàrdia Urbana de Cornellà ni nadie ha confirmado si eso llegó a hacerse realmente. A día de hoy, el cuerpo municipal se remite a la investigación que están llevando los Mossos.
Y mientras tanto, los seguidores lo tenían clarísimo: “No puede ser que los propios aficionados tengamos que estar regulando el tráfico de autobuses y coches cuando hay fácilmente 3.000 personas en esa zona haciendo la prevía del partido”, aseguran a El Periódico. Un testimonio que resume a la perfección lo que se vivía allí cada jornada sin que nadie pusiera orden.
La conductora, por su parte, ya ha sido puesta en libertad provisional, acusada de varios delitos, entre ellos lesiones por imprudencia. Ahora se abre el debate de como la afición lleva años haciendo propuestas sensatas y que, por lo visto, nadie ha querido escuchar. Ahora es tarde para evitar lo que pasó, pero todavía se está a tiempo de evitar que vuelva a ocurrir. Solo hace falta que esta vez, de verdad, alguien actúe.
