El cierre forzoso de cinco bares situados frente al RCDE Stadium dos horas antes de los partidos del Espanyol sigue levantando una fuerte polvareda. La medida, impuesta por el Ayuntamiento de Cornellà a raíz del atropello ocurrido el 15 de mayo de 2025 antes de un derbi contra el Barça, se mantiene en vigor “toda la temporada”, según confirma Emília Briones, tenienta de alcalde de Presidencia y Seguridad, en una entrevista publicada por SPORT y firmada por Sebastián Vargas y Marc Marín. “Esto se hace para mejorar la convivencia en el barrio. Nuestra prioridad es defender los derechos de los vecinos”, aseguró Briones.

La convivencia por delante del negocio
Briones defiende con firmeza que el objetivo de esta decisión no es castigar a nadie, sino evitar nuevas aglomeraciones y comportamientos incívicos, aunque lo cierto es que la afición perica se considera criminalizada por esta medida. “El fútbol es compromiso y promoción de la actividad deportiva y social. Eso, valores. No debería generar problemas de convivencia”, recalca. Cuando se le pregunta si el atropello fue el único detonante, responde “Creo que todo suma al final. No fue solo esa situación tan fatídica para todos la que nos hizo tomar la decisión”.

Carpas como alternativa… con letra pequeña
Desde el consistorio se ofreció la posibilidad de instalar carpas en el Parc de la Ribera para que los bares pudieran trabajar durante esas dos horas. “Les dimos la oportunidad de los contenedores. No es un cierre sin ninguna otra opción”, sostiene Briones. Sin embargo, los hosteleros cuentan otra historia. “Nos hicieron esa ‘oferta’ y la pagaba el Ayuntamiento. Dejamos probar al bar Casa Pepe y los demás esperábamos. Pero cuando en una segunda reunión valoramos la opción de hacer una carpa, resultó que ahora la tenemos que pagar nosotros, 3.000 euros, porque la oferta ya estaba caducada”, denuncia uno de los afectados. Otro local asegura que ni siquiera le ofrecieron esa posibilidad: “Dijeron que irían bar por bar, pero por aquí no se pasaron. A la tercera reunión fui y me dijeron que la oferta ya había acabado”.
Cierre a cinco metros del supermercado
La decisión del consistorio ha dejado a los bares con las manos atadas mientras los supermercados siguen haciendo negocio. “Literalmente a cinco pasos hay una tienda de alimentación que vende todo tipo de bebida y comida y sí puede estar abierta. La gente compra allí y se coloca justo delante de nuestro local, cerrado, a consumir”, explica otro de los dueños afectados. “Nos han quitado casi el 50% mensual de caja, ahora casi no podemos ni pagar los impuestos”, afirma otro. Y añade: “En un día de partido se pueden hacer fácilmente unos 1.000 euros de caja. Son solo dos horas, pero son las dos horas de más trabajo”.
Un bar nuevo, cerrado sin haber abierto
Entre los casos más surrealistas está el de un local recién inaugurado: “Nosotros abrimos aquí hace cuatro semanas. Han pasado dos partidos desde entonces, y no hemos abierto en ninguno. Vinimos por el campo, pagamos un alquiler acorde al estadio que tenemos delante. ¿Para qué venimos aquí? He metido mucho dinero para montar el negocio y si no me dejan abrir, lo he perdido todo”. A lo que Briones respondió de forma tajante: “Me da igual que esté recién abierto o que sea de muchos años. Lo que queremos es evitar aglomeraciones de gente en el frontal del campo”.
¿Por qué no cortar la calle?
Los hosteleros propusieron otra solución: cortar la avenida en las horas previas a los partidos. Pero el Ayuntamiento ni se lo planteó. “Nunca ha estado sobre la mesa esa opción. Todos tienen el derecho de pasar por la Avinguda del Baix Llobregat. No nos hemos planteado desviar el transporte público”, recalcó Briones. Los bares lo ven distinto: “Les pedimos que cerraran la calle, pero no estaban de acuerdo. Nos dijeron que preferían cerrarnos a nosotros porque así se ve a menos gente”.

El agravio comparativo con el Camp Nou
Los dueños también se sienten discriminados al comparar la situación con lo que ocurre en el municipio vecino. “Tengo otro bar al lado del Camp Nou. Ahí hay 100.000 espectadores cuando se llena. ¿Y cuándo han cerrado los bares? Nunca. En todos los sitios donde hay fútbol pasa lo mismo, cortan la calle para dejar estar a la gente. Eso es lo normal”, explica uno de ellos. Desde el consistorio insisten en que “en Cornellà lo que es posible es convivir con tranquilidad”.
¿Medida política?
En el último pleno municipal, celebrado el 26 de noviembre, VOX presentó una moción para revocar el cierre que no fue aprobada. Los hosteleros ven un trasfondo político claro: “Es todo político. No quieren perder a los vecinos que les votan”, sostienen, señalando a la Associació de Veïns Riera como uno de los actores beneficiados.

Con el derbi a la vuelta de la esquina
La medida sigue vigente a pesar del ruido generado y todo apunta a que se mantendrá en el esperado Espanyol-Barça del 3 de enero, que congregará a más de 30.000 personas. Solo cinco bares de toda Cornellà, ubicados en una única avenida, seguirán siendo los damnificados por un cierre que, para el Ayuntamiento, “se ha comprobado que funciona”. “A partir de aquí, seguiremos viendo cómo evoluciona”, sentenció Briones.
El fútbol es pasión… ¿sin cerveza?
“El fútbol es pasión, no beber cerveza”, dice Briones a lo largo de la entrevista con SPORT. Pero para los bares afectados, la pasión también pasa por sobrevivir, abrir sus puertas y hacer caja los días grandes. La convivencia, dicen, debería buscarse sin arruinar al que trabaja.
