El conseller d’Esports de la Generalitat de Catalunya, Berni Álvarez, ha valorado por primera vez el cambio de propiedad en el RCD Espanyol, en una entrevista concedida al diario Sport. Aunque el máximo responsable de la política deportiva del Govern admitió que no ha mantenido contacto con el club, trasladó un mensaje de respeto institucional y de buenos deseos para una de las entidades deportivas más relevantes de Caalunya.
“Este hecho lo he conocido por la prensa. No he tenido contacto con el Espanyol porque entiendo que es una cuestión interna”, declaró Álvarez con total claridad, marcando distancias con un proceso que, por el momento, se desarrolla exclusivamente en el ámbito privado y corporativo del club. No obstante, el conseller sí quiso hacer pública su valoración general sobre la entidad blanquiazul: “Lo que sí que espero y deseo es que sea lo mejor para el club, ya que el Espanyol es un gran club y con un gran estadio, y tenemos que procurar por que su salud sea la mejor y le vaya muy bien en el aspecto deportivo”.
Las palabras del conseller llegan en un momento especialmente delicado para el entorno perico, tras la reciente adquisición del club por parte del grupo inversor liderado por Alan Pace, propietario también del Burnley FC. El cambio ha generado una mezcla de expectativas, cautela y preocupación en distintos sectores del espanyolismo, que observa con atención los primeros movimientos de la nueva propiedad.
Desde la conselleria, por ahora, se opta por la prudencia y el respeto a la autonomía de gestión de la entidad. No obstante, el gesto de Álvarez al mencionar al Espanyol en una entrevista centrada en los retos del deporte catalán no pasa desapercibido. Especialmente cuando, en la misma conversación, sus declaraciones sobre el FC Barcelona —“Si el Barça gana, la gente en Catalunya es más feliz”— generaron cierta polémica, aunque fueron posteriormente matizadas con una visión más integradora: “Mi deseo es que todos los clubes de Catalunya prosperen, del más grande al más pequeño”.
Con una trayectoria vinculada al deporte de élite como jugador y entrenador de baloncesto, y tras casi un año al frente del nuevo Departament d’Esports, Berni Álvarez ha apostado por dotar al sector de más recursos y mayor protagonismo institucional. La aprobación de un plan de choque de 120 millones de euros para modernizar las instalaciones deportivas del país es, por el momento, su medida más destacada.
En este contexto, y aunque su papel no contempla una participación directa en la vida interna de los clubes profesionales, sus palabras sobre el Espanyol reflejan una línea de trabajo basada en el reconocimiento y la voluntad de acompañamiento. La institucionalización del deporte en el ámbito político catalán también implica no ignorar a actores clave como el RCD Espanyol, cuya presencia y actividad forman parte esencial del ecosistema deportivo del país.
De momento, no se conoce que haya reuniones previstas ni una interlocución directa con la nueva propiedad del club, pero el mensaje lanzado por el conseller es claro: la Generalitat desea que al Espanyol le vaya bien. Ahora, el tiempo dirá si esa voluntad se traduce en hechos.
