Gianluigi Buffon es sin duda una de las figuras más importantes del fútbol italiano. El exportero, que ha sido de los mejores de la historia en su posición, ha firmado una carrera al alcance de muy pocos. El italiano de 46 años colgó los guantes el pasado 2023 y en la actualidad es directivo de la selección italiana. Hoy ha presentado su autobiografía y ha aprovechado para repasar muchos momentos.
Sobre sus inicios: “Intente usted estrenarse en la Serie A con 17 años, con el Parma líder ante el Milan con sus mismos puntos. Recuerdo las miradas de Weah, Boban, Costacurta, Baresi. De repente noté una palmadita en el hombro: era Paolo Maldini, animándome. Él también se había estrenado siendo un chiquillo, sabía lo que supone. Nunca olvidé aquel gesto, Maldini no fue solo un futbolista inmenso, tiene las dos cualidades que más admiro: lealtad y valentía”.
A Buffon solo le faltó un título para ganar todo: la Champions League. Sobre la Copa de Europa: “El Barcelona de 2015 y el Madrid de 2017 fueron los mejores equipos de los últimos 20 años. Y en 2003 perdí la final ante el Milan de Shevchenko…”, decía el italiano al asegurar que siempre se cruzó con los mejores equipos del momento.
Tras perder la final del 2003, comenzó una de las peores épocas de su vida: “Era el final de 2003, tras dos scudetti seguidos llegó un bajón. Tenía un vacío delante, empecé a dormir mal, con agobios. Tuve un ataque de ansiedad en el campo, no podía respirar y pensé que no podía jugar. Era un Juve-Reggina, el entrenador de porteros, Ivano Bordon, un grande, me dijo que no estaba obligado a jugar. Miré al segundo portero, Chimenti, un gran amigo, y pensé que estaba ante un momento decisivo de mi vida. Pensé que, si no regresaba al campo, creaba un antecedente conmigo mismo e igual me habría vuelto a pasar y habría acabado sin jugar más. Así volví al campo, hice una buena parada y fue decisiva porque ganamos 1-0. Pero el problema seguía ahí y el doctor Agricola confirmó la diagnosis: depresión”. Aun así, no se rindió y superó la depresión. Así lo cuenta: “Rechacé los fármacos, temía la dependencia. Me aconsejaron tener nuevas pasiones fuera del fútbol, y descubrí la pintura. Había una exposición de Chagall en Turín y me quedé bloqueado durante una hora. Era un cuadro simple, Chagall de la mano de su mujer, Bella, solo que ella volaba. Regresé al día siguiente y la cajera me dijo que era la misma exposición. Contesté: gracias, lo sé, pero quiero volver a verla”.
Buffon también repasó el final de su carrera: “Renuncié a la Nazionale cuando Di Biagio me pidió volver para ayudar con la adaptación de Donnarumma. Periódicos y redes sociales decían que no quería dejar espacio, que estaba viejo: estaba claramente todo organizado, quizás por algún agente. El presidente Gravina me ofreció un partido de despedida, pero no quise. Gasperini me escribió que con él en el Atalanta habríamos ganado la Champions, pero Pirlo me convenció para seguir en la Juve. Después, tuve una oferta del Barça como segundo portero, y me gustaba la idea de jugar con Messi tras Cristiano. Un día, sin embargo, estaba conduciendo y en la radio sonaba una canción que me encanta y que llevaba 10 años sin escuchar, ‘Bella’ de Jovanotti. Levanté la mirada y vi la caseta de peaje de Parma. Una señal: cerrar donde todo había empezado”.
Al ser preguntado por el mejor jugador al que se ha enfrentado, Buffon sorprendió a todos: “Difícil elegir, jugué contra tres generaciones: Zidane, Ronaldo, Messi, Cristiano, Iniesta… ¿Elegir uno? Neymar. Por el jugador y por el chico que es, habría tenido que ganar cinco Balones de Oro”.El exportero también tuvo palabras para Messi y Cristiano. Sobre Messi: “En la final de Champions de 2015 noté una mano en la espalda: ‘Gigi, ¿ahora intercambiamos las camisetas?’. Los grandes nunca son presumidos”. Sobre Cristiano: “Tuvimos siempre una gran relación, veía en él una gran fuerza y una gran fragilidad, ligada a la ausencia del padre, al periplo duro que tuvo que enfrentar”.
