Las redes sociales, convertidas desde hace tiempo por algunos usuarios en un espacio de impunidad para las amenazas y la violencia verbal, se han cebado estas últimas semanas en el Espanyol. Así, en un espectáculo ciertamente lamentable, en los últimos días los jugadores blanquiazules Daniela Caracas y Carlos Romero han sido insultados y amenazados respectivamente por seguidores del FC Barcelona y del Real Madrid, equipo al paradójicamente muchos otorgan el título de “filial” del Espanyol.

El periodista Iván Molero publica hoy en el diario AS un extenso e interesante reportaje sobre esta cuestión, refiriéndose a cómo la escalada de violencia online en el fútbol se ha convertido ya en un foco de preocupación creciente. Desde hace años, se han alzado voces desde diferentes ámbitos exigiendo medidas efectivas para detener esta peligrosa deriva. El técnico perico Manolo González se sumó a este grito en la previa del partido ante la Real Sociedad al saber de las amenazas que sufrieron Carlos Romero y su novia tras su acción con Mbappé: “O empiezan desde el Gobierno a cortar todos estos asuntos y se pone un poco de límite o un día va a ocurrir algo grave”, advirtió . Y sus palabras llegaron antes de que otro escándalo se cerniese el fútbol español con una profesional blanquiazul víctima de acoso en redes: la agresión de Mapi León a Daniela Caracas, que paradójicamente ha provocado una ola de insultos y amenazas hacia la jugadora del Espanyol, la única víctima de todo este lamentable asunto pese a la campaña de blanqueo que desde diferentes estamentos se ha hecho para minimizar los hechos y de paso limpiar la imagen de la futbolista barcelonista.

Estos son apenas los últimos de una extensa serie de casos que reflejan el nivel de agresividad que se ha establecido en el contexto digital del fútbol. La competencia deportiva se ha convertido por algunos elementos en una excusa para la persecución en masa, y especialmente para contra aquellos jugadores que, por razones diversas, están involucrados en controversias o conflictos en especial con rivales de equipos poderos y por tanto, con un gran número de seguidores y por ende de usuarios de redes detrás. Sorprende como decimos que entre los autores de esos actos de violencia existe un elevado número de seguidores del Real Madrid, equipo a quien normalmente se ha tenido como “amigo ” o “hermano” del Espanyol. Pero esa supuesta relación de camaradería se esfuma en las redes sociales, donde no hay lugar para simpatías y los futbolistas pericos han quedado sometidos por partida doble a campañas de odio y acoso. La situación de Daniela Caracas es particularmente grave. La jugadora colombiana ha sido objeto de un linchamiento virtual tras la agresión que sufrió durante el derbi femenino. Mientras las autoridades guardan un vergonzoso silencio, el juicio en las redes sociales ya ha emitido sentencia.
¿Cómo puede detenerse esta espiral de violencia en la red? Desde ámbitos políticos y sociales, se ha exigido desde hace tiempo una regulación que impida el anonimato absoluto en la red, lo que facilitaría a quienes emiten amenazas o mensajes de odio ser identificados y sometidos a los procedimientos judiciales pertinentes. Aun así, los avances en este sentido siguen siendo insignificantes, mientras que los casos de acoso tampoco dejan de aumentar, provocando el temor de que un día traspasen las barreras de internet derivando en agresiones físicas.
