En su comparecencia de ayer ante los medios, Fran Garagarza dejó una de las claves del próximo mercado de fichajes del RCD Espanyol. El director deportivo blanquiazul, al ser preguntado por la situación de los jugadores cedidos, reconoció que hay dos futbolistas por los que el club centrará sus esfuerzos para que continúen en la disciplina perica: Carlos Romero y Roberto Fernández. Una declaración que define claramente parte del plan estratégico para la próxima temporada.
Carlos Romero, una apuesta sin cláusula
El caso de Carlos Romero es uno de los más complejos. Cedido por el Villarreal sin opción de compra, el lateral zurdo ha experimentado una progresión notable a lo largo del curso. Tras una fase irregular, que él mismo reconoció públicamente, Romero ha cerrado el tramo final de la temporada en un gran momento de forma, consolidándose como titular indiscutible en el esquema de Manolo González, y firmando actuaciones de un altísimo nivel.
Su crecimiento ha sido evidente y el jugador, formado en la cantera del Villarreal, ha demostrado que tiene nivel más que suficiente para competir con regularidad en Primera división. Sin embargo, su futuro no depende únicamente de la voluntad del Espanyol. El conjunto castellonense lo recuperará tras el final del préstamo y decidirá si cuenta con él o si abre la puerta a una nueva cesión o incluso a un traspaso. En cualquier caso, el hecho de no haber incluido una opción de compra en el acuerdo inicial complica considerablemente cualquier operación definitiva.
A favor del Espanyol juega el hecho de que Romero ha encontrado continuidad, protagonismo y confianza en Cornellà-El Prat, algo que el propio futbolista valora de forma muy positiva. Su voluntad de seguir, sumada al interés del club, podría allanar el camino, aunque habrá que esperar a conocer los planes del Villarreal.
Roberto Fernández, rendimiento inmediato y potencial de futuro
El otro nombre señalado por Garagarza es el de Roberto Fernández, cedido por el Sporting de Braga el pasado mes de enero. El delantero andaluz ha sido uno de los grandes aciertos del mercado invernal: en solo 18 partidos ha anotado seis goles y ha sido determinante para que el Espanyol alcanzara el objetivo de la permanencia.
Su aportación ha tenido recompensa en forma de visibilidad internacional. Ha sido incluido en la prelista de la selección española sub-21 para el próximo Europeo, lo que ha disparado su proyección de futuro. El Espanyol está decidido a intentar su continuidad, aunque el escenario económico vuelve a marcar los límites: el Braga ha tasado su salida en 10 millones de euros, una cifra muy alejada de las posibilidades actuales del club blanquiazul.
Aun así, desde los despachos del RCDE Stadium se trabaja en fórmulas que permitan mantener al delantero. Roberto encaja perfectamente en el perfil de futbolista joven, con margen de mejora y con valor de mercado creciente. En ese sentido, se le considera una inversión estratégica: no solo por su rendimiento inmediato, sino por su capacidad de revalorización a medio plazo.
Por la tarde en Radio MARCA descartaba totalmente a Urko González de Zárate, destinado a desempeñar un papel importante en la Real Sociedad tras haberse reivindicado en el Espanyol, y avisaba de las dificultades de lograr que siga Marash Kumbulla, sobre todo si hay clubes importantes capaces de ofrecer una cantidad a la Roma a la cual no llegan las arcas blanquiazules.
Alex Král, cuyo peso en el equipo ha decrecido en el tramo final del curso, parece no estar en la lista de apuestas de futuro. En el caso del mediocentro checo, incluso después de haberse alcanzado un acuerdo económico con el Union Berlin, su continuidad queda en entredicho. Y Veliz y Cheddira, pese a su compromiso fuera del campo, tampoco parecen tener u sitio en la plantilla.
El mensaje de Garagarza no deja lugar a dudas: el Espanyol centrará sus esfuerzos en especial en tratar de retener a Romero y Roberto Fernández, dos futbolistas que han respondido sobre el césped y que representan el tipo de perfil que el club quiere potenciar. La dificultad de ambas operaciones es evidente, pero la dirección deportiva trabaja desde ya para intentar convertirlas en realidad.




