Carme Coma, la víctima de abusos sexuales por parte del ex capitán del Celta Hugo Mallo cuando se encontraba ejerciendo la función de mascota del Espanyol, y cuyo nombre había sido protegido con seudónimo, ha hablado abiertamente sobre su experiencia en el diario As. Desde el rincón lluvioso de una Barcelona que refleja su travesía emocional, la víctima comparte con Iván Molero cómo ha superado el miedo que la acompañó durante estos años de incertidumbre.
“No me quiero esconder más”
Cuando Molero le pregunta por qué ha decidido romper su silencio justo el día en que se conoció la sentencia, Coma responde con valentía: “Porque no me quiero esconder más. Porque he pasado cinco años largos en el anonimato con mucha vergüenza y miedo por lo que me pudiera pasar tanto a mí como a mi familia y personas cercanas. Simplemente, quería esperar a tener una resolución judicial. Lo único que he hecho es buscar las herramientas legales de que disponía para defenderme de una conducta que me ha causado mucho daño.
La valentía de Coma al revelar su identidad y compartir su historia públicamente es parte de su misión de visibilizar estos delitos. Para ella, su caso no es un hecho aislado. “A las personas normales también nos suceden estas cosas. Que me pasó a mí, pero podría haberle sucedido a cualquier otra persona que estuviera haciendo mi trabajo. También un hombre. Y hay que denunciarlo, sea en el Espanyol o en una pequeña empresa y sin cámaras delante, porque al final, de lo que se trata, es de que se tomen las medidas para que no vuelvan a ocurrir situaciones como la que yo sufrí”, declara con determinación
El apoyo del Espanyol y la indiferencia del Celta
Uno de los aspectos más destacados de la entrevista es la respuesta del Espanyol ante la denuncia de Coma. La víctima expresa su gratitud tanto hacia el club como a Barna Porters, la empresa para la que trabajaba como mascota: “La verdad es que doy las gracias al Espanyol y a Barna Porters, porque desde el primer momento me dio apoyo y asistencia legal, que ha llegado hasta hoy”.
Sin embargo, la respuesta del Celta de Vigo fue muy distinta. Coma relata cómo envió un correo tanto al Espanyol como al Celta la misma noche del incidente, pero solo recibió una respuesta institucional del conjunto gallego: “Me dijeron que tendrían en cuenta lo que les explicaba y que lo valorarían. Nunca más he vuelto a saber nada
En cuanto a Hugo Mallo, Coma afirma que ni el futbolista ni su entorno han intentado ponerse en contacto con ella durante estos cinco años. “No, conmigo nadie se ha puesto en contacto en ningún momento”, asegura
Una sentencia que reafirma su verdad
La condena de Mallo ha sido un alivio para Coma, que destaca que el fallo judicial demuestra que su testimonio era veraz. Aunque el futbolista ha anunciado que recurrirá la sentencia, Coma se muestra firme: “Estoy muy satisfecha, porque ha quedado demostrado que decía la verdad. Sé que aún se puede recurrir, pero me siento esperanzada porque la justicia ha dado la razón a una persona anónima que se ha encontrado con un problema grave en su vida”.
El tribunal ha sancionado a Hugo Mallo con una multa de 6.000 euros, además de 1.000 euros adicionales como compensación por daños morales. Coma confirma que esta última cantidad fue solicitada por su abogada, y subraya que su motivación no era económica: “Precisamente una de nuestras fortalezas pasaba por dejar claro que no quería una compensación económica, quería simplemente que se hiciera justicia.
El temor a la impunidad y el largo proceso judicial
Durante los cinco años que forzó el proceso, Coma admite que en ocasiones temió que el abuso quedara impune. “Desde el primer momento en que decidió ir a denunciar, personas de mi entorno dudaban de si debían dar ese paso porque me veían como en inferioridad, que no tendría apoyo legal”, explica. El proceso judicial fue largo y angustiante, especialmente cuando el Juzgado de Primera Instancia de Cornellà decretó el sobreseimiento provisional del caso. “Eso fue un golpe muy duro. En ese momento sí pensé que lo tenía muy difícil, que la justicia no estaría de mi lado. Pero la verdad prevalece”, explica
Un mensaje para las futuras generaciones
Carme Coma concluye la entrevista con un mensaje sobre la importancia de denunciar cualquier abuso o agresión sexual. Para ella, su caso representa un avance hacia la erradicación de estos comportamientos inadmisibles: “Si de alguna manera esto deja ver al sustrato de la sociedad, que son los niños y jóvenes, que estos comportamientos de gamberro de patio de colegio no se pueden hacer porque tienen consecuencia, ya habremos avanzado algo. Antes de que un niño le levante la falda a una niña o un adolescente le tire del sujetador a otra, se lo pensará dos veces. Si sirve para eso, yo ya estaré”. Efectivamente, su valentía al romper el silencio ofrece esperanza a otras víctimas y un llamado urgente a la sociedad para no mirar hacia otro lado.
