Dos barrios de Madrid siguen de celebración por lo conseguido en una última jornada que ya quedará para siempre en la memoria de vigueses y rayistas. Más de 3.000 seguidores del Celta que pese a la distancia, no dejaron solo al equipo en el día más importante de los últimos ocho años. Ese es el tiempo que había pasado entre la última vez que el equipo celeste disputó una competición europea y la noche de ayer, que después de mucho sufrimiento y con una remontada incluida, confirmaba que la temporada que viene volverán a competir por toda Europa. Mientras, en Vallecas fue donde cayó el otro gordo de la jornada. Con un final digno de película, los madrileños tuvieron que esperar al final en Mendizorroza para confirmar que “25 años después, los volverán a ver en Europa”.
Tenía que ser Iago Aspas
Ni en el mejor guión estaba escrito un desenlace como el que ha tenido el Celta en este final de curso. Después de una temporada sensacional, tocaba poner el broche. Dependiendo de sí mismos, al equipo le bastaba con hacer lo mismo que sus rivales. Sin embargo, pese a esa ventaja, al equipo de Giráldez le iba a tocar sufrir. Y es que así, una clasificación para Europa sabe incluso mejor. A pesar de tener todo de cara, nada más empezar, el Getafe se puso por delante aprovechando una mala salida de balón que culminó Borja Mayoral tras una gran asistencia de Uche. Minutos dramáticos que dejaban momentáneamente fuera de Europa al equipo gallego. No obstante, antes del descanso iban a aparecer los dos emblemas de este equipo para señalar el camino. Aspas primero, con una genial asistencia, dejó solo a Borja Iglesias para que el panda hiciese el resto. Empate antes de llegar al final de la primera mitad que volvía a dejar al Celta en Europa League.
En la segunda parte el equipo vigués se volcó. A sabiendas de que el resto de rivales no ganaban, el tanto del Alavés ante Osasuna, permitió al conjunto celeste atacar con mucha más soltura. Fruto de esa presión constante, el conjunto gallego culminó la remontada mediante el mejor protagonista posible. Un Iago Aspas que volvió a aparecer en el momento idóneo para poner el broche a una trayectoria que sigue agigantando una leyenda que parece no tener fin. Un tanto que cierra un ciclo y que vuelve a colocar al Celta de Vigo entre los grandes equipos del fútbol español y que competirá la próxima campaña junto al Betis en la Europa League.
25 años después, vuelve el EuroRayo
Si en Getafe hubo explosión de júbilo, lo que se vivió en Vallecas no tuvo explicación alguna. Pese a que al igual que el Celta, los de Iñigo dependían de sí mismos para jugar Europa, enfrente tuvieron un férreo Mallorca que pese a tirar por la borda en las últimas semanas ese sueño de pisar competiciones europeas, mostró una muy buena imagen, poniendo en apuros a un equipo rayista que sufrió durante los 90 minutos porque un gol visitante les dejaba fuera. Por su parte, los locales lo intentaron cerrar antes. Sin embargo, un sensacional Greif retrasó la fiesta hasta minutos después de que acabase el partido en Mendizoroza. Finalmente, en Vitoria no hubo heroica y como bien expresó el barrio de Vallecas tras el partido: “25 años después, nos volverán a ver en Europa”. Con ese empate a 0, el Rayo acaba el curso octavo con 52 puntos, empatado con Osasuna pero con el average ganado.
La cruz, Osasuna
Dos iban a tener premio y uno se iba a quedar con la miel en los labios. Tristemente, ese papel le tocó a Osasuna. Los de Vicente Moreno, que eran los que no dependían de sí mismos, lo tuvieron en su mano tras el tropiezo del Rayo. Sin embargo, un penalti de Juan Cruz con 0-0 condenó a la postre a un equipo que estuvo cerca de colarse en esa plaza de Conference. Carlos Vicente no falló desde los 11 metros y aunque Raúl empató en el 87, Sivera evitó la fiesta rojilla en el descuento. Antes, el guardameta local había evitado dos goles cantados de Ante Budimir. Finalmente, Osasuna y toda Pamplona se quedaron a un sólo tanto de desbordar la euforia que si vivieran en Vallecas y Vigo.
