La contracrónica del Espanyol – Mallorca, una glosa de las 1000 victorias blanquiazules, de la mano de Juan José Caseiro:
Mil veces te vimos ganar
Cantaban los trovadores hace siglos al amor y a las batallas. Las familias que luchaban por el poder deseaban que en el futuro sus gestas pasaran de boca en boca relatando sus victorias. Y quien ya conocía la canción de hielo de las mil derrotas, saboreó ante el Mallorca, la epopeya que glosa la versión de fuego, que cuenta las mil victorias.
En el escapulado de Zamora va la parada de Joan con las manoplas de N’Kono; vi los arrestos de Mendiondo en un Omar convertido en Cristóbal. La brega de Gallart era Sergi aderezado con el brazalete de Jarque y en el cuerpo de Colotto, Kumbulla aplicó en el gol la inteligente cabeza de Pochettino. Las cabalgadas de Soler las copiaba Romero donde habita la zurda de Nené.
El trabajo de Zúñiga lo hacían Gragera y Pol, mientras deseamos que alguno destape en Francisco o Solsona y Kràl nos deja el buen sabor de boca de aquel Brnovic, portador del singular fútbol del Este.
La clase que presumíamos a Jurado la busca Cardona, con vendaje de Gabino y Jofre, canterano con el escudo pegado al pecho, destila gotas de Valverde en sus centros. En la celebración, el paisanaje de Veliz nos acercó a Osvaldo.
Se apareció Arteaga en una conducción de Milla y Calero y Antoniu se sumaron al triunfo aportando desde fuera como si hubiesen vuelto Job y Orejuela. A Cheddira le espera la gloria, que pesa mucho porque en esas zonas pisaban Tamudo y Marañón. Y al mando Manolo, mellizo de Camacho en fútbol y coraje.
De la Sociedad Española de Football al RCD Espanyol, de Sarriá a Cornellá, de Pitus Prat al próximo goleador, de 1900 a 2024, por muchos años más de fe, orgullo y pasión, aquí permanecerá para siempre un milenario de la competición. Un dinosaurio histórico que bien merece estos renglones, a veces torcidos y siempre llenos de corazón. Mil veces te vimos ganar. Que vengan mil más y ustedes y yo, las podamos disfrutar.
Juan José Caseiro
