La contracrónica del FC Barcelona – Espanyol, de la mano de Juan José Caseiro:
Ganó el “frame”
Lo comparto: esta jornada nunca se debió jugar. Quizá tampoco deberíamos hablar del duelo. Veía celebrar un gol y sentía la banalidad de lo que representaba ese momento. En estas circunstancias, la frase de un vecino de Paiporta, al que escuché en televisión, inspirada en la guerra, me sirvió para aguantar el partido: “prepararte para lo peor, esperando lo mejor”. Que se cumpla su deseo.
Joan era el final del acorazado y lo parable acabó en sus manos; pequeños detalles rompieron el blindaje; Omar y Cabrera fueron notables y a Tejero, Kumbulla y Romero, que convencieron en muchas facetas, sería quisquilloso decirles que tuvieron su cuota en los goles rivales.
El pivote nos trajo cantera en tiempos de hambre; Bauza hizo ese juego retráctil que se pide al medio de contención, Aguado se manejó atrevido en la presión azulgrana y Král creció al asomar el desgaste rival.
Jofre casi siempre salió vencedor y el VAR le arrebató la icónica imagen del beso al escudo, mientras Puado certificó haciendo de 9 que lleva más gol que sus compañeros de ataque.
En las rotaciones, a Sergi pitaron sus ex, vimos un atolondrado Cheddira en contraposición a las buenas maneras de Justin. Brian completó el cuarto final donde Ünüvar mostró destellos aprovechables en su cuerpo de alevin.
Tenemos la liga que nos merecemos, empezando en la desigualdad entre competidores y acabando en la elección del ‘momento justo’ en las jugadas dudosas. Se jugó como si nada hubiese pasado y debería ser suficiente para hacer caer al máximo responsable. Se ha perdido la cultura de respetar hasta el tiempo del minuto de silencio, convertido hace tiempo en ‘momento de silencio’. Y el resto de la competición es una infamia sobre otra. El derbi lo ganó el ‘frame’ que más les interesaba y la honra se la llevó el Espanyol, volcándose con los afectados de la DANA y no como otros. Y eso es lo que hoy más me importa.
Juan José Caseiro
