La contracrónica del Osasuna – Espanyol, por Juan José Caseiro.
“Depende, de nosotros depende”
Rescato, para reconfortarme, el texto de 20 puntos que nos dejó Pau Donés, porque como si de un mantra se tratara, todos y cada uno de ellos tendrían cabida en nuestras emociones hasta el siguiente partido. Decía el cantante: “dejemos de creer en la suerte y creamos en nosotros mismos”, receta infalible para el último encuentro con desenlace de título de canción: “Depende”.
O golazos o rebotes doblegan a un Joan sin protagonismo en las últimas tres semanas; el peligro al que se enfrentaba Omar no le permitía abandonar en exceso el refugio, Kumbulla se dejó en El Sadar el último servicio por acumulación de tarjetas y hará repetir titularidad a Calero, que rindió lo esperado. Mención especial a Romero, que es “el beso de la flaca”; daríamos lo que fuera porque se quede.
Juega tocado y sabe Pol que “eso que tú me das, es mucho más de lo que pido”. Para volver al nivel superior que tuvo antes, Urko debe salir del ”lado oscuro” y Expósito no encontró cómo filtrar el sistema de Vicente Moreno, que ríete ahora de lo que nos aburría.
El jarabe de palo llegó con los tres de arriba: invisible Antoniu, desconfiado Roberto y sobretodo Puado, que volvió a tener la salvación y se la dejó para un último duelo de infarto.
Esperaba Manolo que con los cambios todo le fuese “bonito” y Milla, Veliz o Jofre no lo consiguieron, menos Kral y solo los centros de Tejero, antes de la sentencia, alimentaron alguna esperanza.
Pronosticábamos en los malos tiempos que firmaríamos llegar a la última jornada en casa, dependiendo de nosotros si había que jugársela. Ahí lo tienen, sus deseos son órdenes, como si esto fuese un deseo concedido por el genio de la lámpara. Y ahora ya no hay espacio para “el según como se mire”. Sólo vale ganar, “que el blanco sea blanco y el negro sea negro”. ¿De qué depende? De nosotros depende. La convocatoria estará formada por 40.000 almas en las gradas y 11 guerreros en el campo. Ahí estaremos.
Juan José Caseiro
