La reciente suspensión del concierto de Lola Índigo, previsto para el próximo 12 de julio en el RCDE Stadium, el campo del Espanyol, ha generado una fuerte controversia en Cornellà de Llobregat. Lo que en un principio iba a ser uno de los eventos musicales del verano ha terminado convirtiéndose en un nuevo episodio de tensión entre administración, vecinos y promotores, con el club como actor afectado por lo que supone a nivel de pérdida de ingresos atípicos, tras las trabas impuestas por el Ayuntamiento de Cornellà.
La artista madrileña dio a conocer la situación durante su aparición en El Hormiguero, donde expresó con evidente frustración las dificultades que ha encontrado para sacar adelante algunos de sus conciertos en grandes estadios. “No nos dejan tampoco hacer el concierto que teníamos previsto porque el alcalde solo quiere hacer un concierto al mes y ese mes ya está Robbie Williams”, explicó. Según Lola Índigo, ya se habían vendido 20.000 entradas, pero el consistorio ofreció como única alternativa adelantar la fecha del evento, algo que, en palabras de la propia cantante, era “absolutamente imposible a nivel técnico”.
Más allá del desencuentro entre la promotora y el Ayuntamiento, el caso ha reabierto un viejo debate en Cornellà: el uso del estadio del Espanyol para eventos que van más allá del fútbol. Tal y como recoge el periodista Xavi Espinosa en Relevo, las reacciones de los vecinos del barrio de la Riera, el más cercano al estadio, no se han hecho esperar. Y lo cierto es que las opiniones están divididas.
Algunos residentes aseguran sentirse directamente perjudicados por este tipo de espectáculos. “Estas molestias las sufrimos nosotros, los vecinos. Claro que pueden hacer conciertos, pero los que vivimos cerca somos los que sufrimos esto. Se ha convertido en costumbre, pero no lo tendría que ser”, señala Marcos, uno de los afectados. Anna, también vecina, se muestra crítica con la gestión institucional: “Lo vi en El Hormiguero. Ponen lo que quieren y hacen lo que quieren aquí en el barrio”, apunta, reflejando un malestar generalizado entre quienes consideran que las decisiones se toman sin tener en cuenta a la ciudadanía.
Frente a estas quejas, hay también quienes valoran positivamente la celebración de conciertos en el campo del Espanyol. Una vecina que reside “justamente enfrente del RCDE Stadium, a diez metros”, ofrece otra perspectiva: “Para mí el concierto de Lola Índigo no me molesta nada. Hay un ambientazo increíble y la gente de la limpieza lo cuida mucho tras los eventos, como en los partidos del Espanyol. Ojalá venga y podamos disfrutar del estadio”. Miquel, otro residente, minimiza los problemas acústicos: “Mientras no hagan ruido por la calle, no se escucha mucho desde el estadio. No hay ningún tipo de problema”, comenta.
Este tipo de situaciones no son nuevas. En Madrid, recintos como el Santiago Bernabéu o el Metropolitano se han convertido en referencia para los grandes conciertos internacionales, pero tampoco están exentos de conflictos. Las presiones vecinales y los límites legales de contaminación acústica ya han provocado la cancelación de varios eventos por superar los 55 decibelios permitidos. Lola Índigo, haciendo alusión a estos obstáculos, fue clara en su planteamiento: “Yo no sé nada de fútbol, lo que quiero es que se apoye la cultura y los demás que se apañen con sus movidas”.
Desde el Ayuntamiento de Cornellà, encabezado por Antonio Balmón (PSC), la respuesta no se hizo esperar. En un comunicado oficial, acusaron a la artista de ofrecer una versión “incierta, injustificada y fuera de lugar”, y recordaron que la promotora conocía desde diciembre de 2024 que la fecha elegida no era viable. “No es lícito que ahora se quiera presionar al Ayuntamiento sobre una situación que ya se conocía desde hace meses”, afirmaron.
Finalmente, la promotora del evento lamentó públicamente no haber alcanzado un acuerdo para mantener la fecha inicialmente prevista, atribuyendo la cancelación a “motivos logísticos”. Asimismo, se ha confirmado que se reembolsará el importe de todas las entradas vendidas —incluidos los gastos de gestión— en los próximos días.
La cancelación del concierto ha dejado un sabor amargo tanto entre los seguidores de la artista como en un vecindario dividido. Para algunos, una oportunidad cultural perdida; para otros, un alivio. En cualquier caso, el debate sobre qué papel debe tener el RCDE Stadium más allá del fútbol sigue más vivo que nunca.
