Un nuevo bebé perico está en camino y la noticia no ha tardado en sacar sonrisas entre la afición . Cristina Baudet, centrocampista de 34 años del Espanyol Femenino, ha anunciado que será madre junto a su pareja Marta Turmo, quien también defendió durante varios años la camiseta blanquiazul. Una historia bonita que conecta fútbol, maternidad y sentimiento blanquiazul.
Molt contents per vosaltres. Enhorabona, família! T’esperem, Nil! 🐣🥹 https://t.co/uGLwE93r6n
— RCD Espanyol de Barcelona (@RCDEspanyol) September 9, 2025
El caso de Baudet se suma a un grupo todavía reducido pero cada vez más visible de futbolistas que han decidido dar el paso de ser madres mientras seguían vinculadas al deporte profesional, algo quehace solo unos años parecía directamente incompatible. Últimamente nombres como María Alharilla, Irene Paredes, Melanie Serrano o la deportivista Cris Martínez han abierto un camino que antes parecía casi imposible.
La maternidad en el fútbol femenino español empieza a normalizarse gracias a los cambios legales. Desde 2020, con la entrada en vigor del primer convenio colectivo, las jugadoras cuentan con derechos específicos que antes ni existían, como la garantía de renovar un año más de contrato si se quedan embarazadas. El segundo convenio, que entró en vigor en julio de 2024, ha dado un paso más en materia de conciliación. Ya no se trata solo de hablar de derechos sobre el papel, sino de ponerlos en práctica con medidas muy concretas: guarderías disponibles tanto en entrenamientos como en días de partido, salas de lactancia habilitadas en las instalaciones o facilidades reales para que las jugadoras puedan reincorporarse al trabajo en las mejores condiciones después de una maternidad.
También a nivel internacional se han producido avances importantes. La FIFA ha marcado unas líneas mínimas que todas las federaciones deben respetar: bajas de maternidad de al menos 14 semanas, permisos retribuidos para la madre no gestante, apoyos en casos de adopción e incluso el reconocimiento de ausencias relacionadas con la salud menstrual. A partir de ahí, cada país puede ampliar estas medidas, pero lo cierto es que el marco ya está establecido y supone un salto adelante de gran calado. Ejemplos recientes como los de jugadoras que han vuelto a competir tras ser madres, tanto en España como fuera, sirven de espejo para las que vengan detrás, simbolizando un cambio que ya no tiene marcha atrás.
Así, la noticia de Baudet adquiere un doble valor: el personal, porque inicia junto a Turmo una nueva etapa vital; y colectivo, porque suma una voz más a esa generación de futbolistas que demuestran que ser madre y seguir en el fútbol ya no son, afortunadamente, caminos incompatibles.