La temporada para el Espanyol B acabó como el rosario de la Aurora. Los cuatro goles encajados ante el Arenas mostraron la gran debilidad del cuadro perico, sobre todo los tres primeros: los balones aéreos. Al fin y al cabo, el duelo ante los getxotarras no deja de ser la continuidad de unas jornadas finales en las que el filial perdió la seguridad defensiva que había logrado anteriormente. Y es que en los últimos siete encuentros disputados, los blanquiazules tan solo han logrado un triunfo y un empate.
Pero evidentemente no todo ha sido malo en una campaña en la que el Espanyol B ha finalizado la temporada regular en segunda posición y ha sido el equipo más realizador del grupo con 54 dianas. Tras un inicio de curso irregular, el equipo empezó a mostrar su mejor cara a mediados del mes de noviembre, coincidiendo con el cambio de sistema que Luis Blanco introdujo en los encuentros a domicilio: un 3-5-2 que permitió a los pericos sumar 20 de los 23 puntos logrados como visitantes, los cuales los situaron como el segundo mejor equipo en esta condición con las mismas unidades que CD Numancia y SCR Peña Deportiva. Además, el equipo encadenó cinco jornadas consecutivas ganando de la jornada 24 a la 28, encajando tan solo tres goles y marcando ocho. Pero el equipo bajó sus prestaciones y llegó la tempestad que acabó haciendo naufragar al filial.
De todas maneras, la gran juventud del equipo –es el filial más joven tanto de Primera como Segunda RFEF– ha hecho que se hayan escapado puntos que, de obtenerlos, habrían permitido a un Espanyol B que ha acabado cinco puntos por debajo del CD Numancia finalizar el campeonato en primera posición. Y es que la derrota en el feudo del CD Ibiza Islas Pitiusas (2-1) a pesar de actuar durante 40 minutos con un hombre más, la sufrida en Lleida (2-1) tras encajar dos goles en los seis primeros minutos de juego o las dos últimas ante equipos de la zona baja, en las que el equipo no supo gestionar la presión, contra SD Huesca B (4-3) y CD Brea (1-2) evitaron que el filial cerrara su ascenso hace semanas. Otros encuentros, como la remontada egarense en Terrasa (2-2) tras ponerse el filial dos goles por encima en el marcador o empates inesperados como los acontecidos ante AE Prat (2-2) o SD Ejea (2-2) en la Dani Jarque también tienen la culpa.
También hay que destacar que el equipo perdió pronto a un hombre importante en el esquema, un Gori que cayó lesionado de gravedad a mediados de octubre, así como los continuos problemas físicos de Recasens, los cuales no le han permitido tener un curso regular. Pero sin duda, el gran problema ha sido el que ha acabado por amargar el curso: los goles encajados. 46, solo superado por los descendidos SD Ejea (57), CE Europa (50) y Cerdanyola del Vallès CF (48).