A Max Svensson le ha ocurrido en el Espanyol lo mismo que le ha pasado a Lluís López en el primer equipo: fue titular durante toda la pretemporada, pero a la que ha estado en condiciones de jugar el futbolista que a priori está por delante, se vio relegado al banquillo. En el caso del central ocurrió con Cabrera, mientras que con Svensson fue con Becerra. El cafetero fue el elegido por José Aurelio Gay para ocupar la punta de ataque ante el Prat en detrimento del canterano, a pesar de las cinco dianas anotadas en los encuentros de preparación, las cuales le convirtieron en el máximo realizador del filial en pretemporada. Pero en la primera salida del curso, ante la ausencia de Jofre, el preparador del Espanyol B apostó por el instinto de killer del debutante en la categoría este curso, estrenando titularidad en competición oficial a pesar de hacerlo en una posición que no es la suya, el extremo diestro. A Max Svensson le dio igual: fue el autor de los dos tantos del filial espanyolista en Andorra, demostrando que tiene sitio como titular. Olió sangre en dos ocasiones y no falló. Ni el Conde Drácula mostraba tanta efectividad.
El gol en la sangre
Max Svensson cumple su tercera campaña en el fútbol base del Espanyol. Formado en la siempre prolífica cantera del Cornellà, sus buenos registros cara a puerta llamaron la atención del Espanyol, que lo incorporó al Juvenil B la campaña 2018-19. Ya en su primer curso estuvo a caballo entre el equipo para el que fue fichado y el Juvenil A, dando muestras de su facilidad cara a portería; en Liga Nacional anotó nueve dianas en 14 encuentros. El curso siguiente, ya como jugador del Juvenil A a todos los efectos, Svensson marcó diez goles en 20 partidos, cifra que le valió para pasar a formar parte de un filial donde ha aprobado con nota el examen que significa la pretemporada para los más jóvenes.
José Aurelio Gay sabe que tiene gol con Svensson en el Espanyol B, aunque de momento el escogido para ser el hombre más adelantado en las dos primeras jornadas ha sido otro. El atacante, en su primer curso como profesional, ha empezado demostrando que lo acontecido en pretemporada no fue casualidad y, pese a tener por delante a un futbolista del nivel de Becerra, está dispuesto a pelear por un sitio en el once. De momento, con dos ratitos en el primer equipo, ya ha demostrado de lo que es capaz.