Ser un futbolista en edad juvenil importante para el filial no está al alcance de cualquiera. A pesar de que la filosofía de los responsables de la cantera ha sido esta campaña acelerar el proceso madurativo de los jugadores bajando la edad media de las plantillas y ascendiendo a los futbolistas con más posibilidades de llegar al primer equipo, los que están un escalón por encima de lo que indica su edad se lo han ganado con creces. Esta campaña son Omar, Lluís Recasens y Gori, además de algún invitado que se ha colado por méritos propios. Ser juvenil y militar en el filial no garantiza un puesto en el primer equipo, pero da muchas papeletas de acabar haciéndolo.
Porque de los 35 juveniles que desde la 1995-96 han actuado en más de cinco encuentros con el Espanyol B, 20 han acabado teniendo una presencia más o menos constante en el primer equipo. Futbolistas que en su momento fueron tan importantes para el Espanyol como De Lucas, Capdevila, Lopo, Jarque, Jonathan Soriano, Sergio Sánchez, Rubén Duarte o Marc Roca fueron piezas importantes en el filial perico pese a que su sitio estaba en una categoría inferior. Mismo caso para jugadores que no han podido demostrar su valía pese a participar con el primer equipo como Crusat, Manu Molina, Álvaro Vázquez, Joan Jordán o Pipa, y para futbolistas que están dando sus frutos actualmente al Espanyol como Lluís López, Adrià Pedrosa o Víctor Gómez, cedido en el Mirandés.
Omar, caso excepcional
El lateral diestro, de 17 años, forma parte de la plantilla del filial a pesar de que este curso debería estar debutando con el Juvenil A. Situaciones como las del defensa se pueden contar con los dedos de las manos, ya que los jugadores de tan tierna edad que han actuado con el Espanyol B solo han sido generalmente de manera puntual. Jonathan Soriano y Quaye debutaron con 16 años y al curso siguiente ya eran importantes, mientras que a Pedraza le ocurrió lo mismo pero gozando de su primera aparición con el filial con 15 primaveras. Rubén Duarte y Víctor Gómez, que debutaron con 16 años y pronto se hicieron con un sitio en el equipo, son la excepción que confirma la regla.
Debutó Roger Martínez
Fue una de las pocas buenas noticias del encuentro de la pasada jornada contra el Lleida. Corría el minuto 85 de partido cuando José Aurelio Gay dio la alternativa en la medular a Roger Martínez, pivote defensivo nacido en 2004. Es decir, que cuenta con 16 años y que este curso debería estar estrenándose en el Juvenil B. Pero su descaro, buena colocación sobre el campo y valentía han convencido al entrenador del filial desde el primer minuto que lo vio en acción.
Este joven centrocampista, llegado desde el Cornellà hace tres campañas, ha realizado toda la pretemporada con el Espanyol B, anotando un gol en el segundo duelo de preparación ante la Pobla Mafumet, e incluso ha ido convocado con el equipo en las cuatro jornadas disputadas. Capitán de la selección catalana sub-16 e internacional con la española en la misma categoría, tiene un futuro brillante por delante. No debutaba un jugador tan joven con el filial desde que en la 2016-17 lo hiciera Víctor Gómez también con 16 años.