Complicado desplazamiento el que afrontará este fin de semana el conjunto perico de Joan Bacardit. Y es que al Espanyol femenino le tocará visitar un feudo en el que desde que la Primera División Femenina se unificó en un solo grupo, en la campaña 2011-12, nunca ha logrado ganar. Zubieta es una salida maldita para las blanquiazules, pues lo máximo que han cosechado han sido tres empates, en todos los casos a uno y dos de ellos en los dos últimos precedentes, y por lo tanto han mordido el polvo en las cuatro ocasiones restantes. Un dato que ya deja entrever la complejidad que implica jugar en feudo donostiarra. El problema es que las de Bacardit no llegan en su mejor momento, pues acumulan ya tres derrotas consecutivas y podríamos decir que se ha convertido un poco en el equipo aspirina, título que esperan poder sacarse de encima. Pese a ello, queriendo ver el vaso medio lleno, la realidad es que la derrota de la pasada jornada en el campo del líder más que dolorosa sirvió para recuperar algunas sensaciones y mostrar una mejor imagen, puesto que ante el Fundación Albacete esta se vio totalmente pisoteada. Así que será interesante ver si el equipo es capaz de ir todavía a más, romper las malas estadísticas ante la Real Sociedad y así logra salir del bache de cara a cerrar el 2018 de la mejor forma posible (todavía quedará un último partido ante el Rayo Vallecano el siguiente fin de semana).
Pero si las pericas llegan un poco bajas de juego y ánimo, las txuri-urdin todavía más. Y es que en el caso de las de Gonzalo Arconada, ya van cinco derrotas seguidas. Algo que puede convertirlas en un arma de doble filo, pues por un lado podría ser un rival propicio debido a su estado decaído y delicado, pero en cambio esta mala racha todavía puede hacerlas más peligrosas, pues a buen seguro lucharán con uñas y dientes para reencontrarse con el triunfo ante su gente. Por lo tanto, se augura un buen partido en Zubieta. Un choque a todo o nada entre dos rivales directos que necesitan levantar cabeza para poder mirar hacia arriba. Por ello, no es de extrañar que el técnico perico haya calificado este duelo como una “final”. Y por eso, Bacardit destacó que las claves ante la Real serán “salir a por todas, creer, luchar cada balón como si fuera el último, así como ser solventes en las dos áreas. Este será un partido de ir, de esos de corazón en el que lo más importante son las ganas y el empeño por encima de lo táctico”.
Joan, que no podrá contar con Ainhoa López, Ainhoa Marín y Esther por lesión, espera que “el partido contra el Atlético, en cuanto a actitud y juego, sea un poco el camino a seguir. Además, espero que el mensaje, la idea y el planteamiento haya calado en el equipo y eso se vea en el césped desde el primer minuto. No queremos que la mejoría mostrada en Madrid, pese a que se perdió, sea un espejismo. Queremos darle continuidad a esas buenas sensaciones, y a la unión y la solidaridad que demostraron las jugadoras”.