Se le termina el tiempo, y la credibilidad, a un Espanyol Femenino que navega lejos del rumbo esperado. No está bien el conjunto de Rubén Casado, que ha ido desperdiciando demasiadas ocasiones. Ha dejado escapar demasiados puntos por el camino, como queda patente con la mala racha con la que afrontan este envite, pues llevan ya tres jornadas sin conocer la victoria. Algo inadmisible para un equipo que aspira al ascenso.
El Espanyol llega a esta vigésimo primera jornada instalado en el cuarto puesto a seis puntos del líder Levante Las Planas y con muchas dudas pese a que el técnico perico asegure que las sensaciones son buenas. El cuadro blanquiazul no es fiable y, en ocasiones, se muestra demasiado vulnerable. No tiene una idea de juego clara y ese es un peaje caro ante rivales que sí tienen una identidad marcada y las ideas claras. Tiene talento la plantilla, pero eso no se está viendo reflejado en el verde ya sea en casa o fuera. De hecho en la Dani Jarque, donde jugarán su segundo partido consecutivo, no logran ganar desde hace ya dos meses. La última vez que lo consiguieron fue el 8 de enero ante el Deportivo (2-0). Desde entonces, dos empates y una derrota. Por lo tanto, el triunfo de las locales no puede demorarse más ahora que arranca ya la recta final de un calendario asequible como locales, pero que se va poniendo cuesta arriba a domicilio.
La hora de la verdad
Por delante le quedan al Espanyol 11 jornadas en las que debe demostrar de qué pasta está hecho y si realmente hay alguna posibilidad de que se obre el milagro. Porque sencillo no es teniendo en cuenta que ahora mismo el objetivo que han ido dilapidando no depende de ellas mismas, sino de terceros. De tres equipos que tiene por delante y que deben fallar para que pueda aspirar a algo. Eso sí, previamente las blanquiazules deben cumplir en sus respectivos compromisos a la espera de esos ansiados tropiezos que, por contra, se antojan complicados viendo la regularidad que están mostrando sus competidores directos. Por lo tanto, el de esta mañana ante el Athletic Club B debe ser el punto de inflexión. La demostración de que pueden ir para arriba, ya que de lo contrario, un nuevo empate o una derrota podría suponer decir adiós casi de forma definitiva. Significaría consumar un nuevo desastre por tercera temporada consecutiva.
Muchas incógnitas
Como suele decirse, monta un circo y te crecerán los enanos. Eso es precisamente lo que le sucede a un Espanyol que cuando más necesita tener a todos sus efectivos, más lastrado se está viendo. Y es que a las importantes bajas de la retirada Lombi y la lesionada de larga duración Karpova, en las últimas jornadas Casado ha tenido, y sigue manteniendo las dudas de Montse Quesada y piezas clave como Adriana o Maya. Ausencias a las que hay que sumar a una Nayadet que sigue sancionada después de que le cayeran tres partidos de sanción. En cambio, la nota positiva es la vuelta de Caracas, que en el anterior partido tuvo que cumplir ciclo de amonestaciones. Por ello, se espera que vuelva al lateral diestro de una defensa que completarían Xènia, Turmo y Sara Extremera por la izquierda para escudar el marco defendido por Myllyoja. En la medular Casado podría optar por Carol junto a Maya si se recupera, con Baudet por delante; Manu Lareo por la derecha, Szymanowski por la izquierda y arriba, en la punta de ataque Ari podría ser de la partida si Adriana Martín finalmente no llega a tiempo. Son demasiadas las piezas que están en el aire. Además, Rubén Casado suele hacer cambios inesperados en ocasiones, por ello solo cabe esperar que el once escogido rinda como se espera.