Júlia Guerra lleva ya más de media vida defendiendo el escudo del Espanyol. La camiseta de su equipo del que es socia desde muy pequeña. Le viene de familia. Es de las asiduas al estadio, tiene ADN perico, y ahora está haciendo realidad “el sueño que durante muchos años he perseguido”. De la mano de Rubén Casado le ha llegado la oportunidad de dar el salto al primer equipo y no solo eso, sino también de debutar y de tener minutos. Es uno de los jóvenes talentos cultivados en la base espanyolista y la elegida “para ejercer una responsabilidad tan grande y a la vez tan bonita como llevar el 21 a la espalda”. Es estudiante de economía, es supersticiosa
¿Contenta?
¿Cómo no voy a estarlo? Estoy cumpliendo un sueño. He llegado hasta donde tantas veces he soñado, comparto vestuario con grandísimas futbolistas y me siento una privilegiada por estar viviendo todo esto, por formar parte de este proyecto y del equipo de mi vida. Cuando empecé siempre veía a las grandes entrenando y siempre pensaba que quería llegar ahí, ser como ellas. ¡Pero lo veía tan lejos! Que ahora a veces es como que me sorprende. Aunque si algo tengo claro es que nada es casualidad y que nadie regala nada, me ha costado mucho esfuerzo llegar hasta aquí.
Y eso que no es en Primera división…
Todo a su tiempo. Ahora la vida me ha puesto delante este reto, el de formar parte del equipo que luche por devolver al Espanyol donde se merece. Confío plenamente en su potencial y me esforzaré para que el año que viene estemos en Primera y entonces sí que el sueño que estoy cumpliendo sea completo. Este será un año muy importante y tanto yo como el resto de mis compañeras lo tenemos muy claro.
Y si llegar al primer equipo no fuera suficiente, te dan el dorsal 21.
Fue una gran sorpresa. Cuando me lo propusieron no podía creérmelo, la verdad. Pero me sentí muy halagada, pues creo que llevar este dorsal, por todo lo que significa, es un gran honor. Tras tantos años en el club y más siendo perica sé bien el valor y la importancia que tiene este número, por lo que todavía me esfuerzo más, si cabe, para no decepcionar a nadie. Intentaré lucirlo demostrando los valores que me han inculcado desde pequeña.
¿Cómo ves al equipo?
Bien y muy motivado. El empate en Oviedo no nos gustó, pero la verdad es que hemos empezado muy bien. Tenemos las ideas claras, creemos en el mensaje y la idea del cuerpo técnico y lo mejor de todo es que somos una piña. Vamos todas a una y eso será clave para lograr el objetivo. Sabemos lo importante que es esta temporada para el club y no queremos defraudar. De ahí a que estemos dando lo mejor de cada una, seamos titulares o suplentes, y eso habla mucho y bien de cómo se está gestionando todo. Porque obviamente una siempre quiere jugarlo todo, pero la realidad es que estamos todas muy enchufadas y contentas.
Aunque no será un camino de rosas…
Para nada. El año pasado jugué toda la temporada en Reto Iberdrola y sé lo competitiva que es esta competición. El nivel cada vez está subiendo más y la competencia es máxima. Por ahora nos va bien, pero ganar cada partido nos cuesta sudor y lágrimas. Hay equipos de mucho potencial y por si fuera poco somos el rival a batir. Por ello todos los equipos cuando juegan contra nosotros todavía se motivan más. Además, el hecho de que no hayamos perdido ningún partido, solo empatado uno, y seamos terceras ya te demuestra lo competitiva que es esta liga. Solo sube uno y es una guerra.
¿Hay nervios?
Puede que un poco por la responsabilidad que sentimos. De hecho, en algún partido, como ante el Parquesol, se ha visto. A veces salimos un poco precipitadas por eso de querer ganar y no defraudar y eso nos lleva a cometer errores y a jugar difícil. Pero me quedo con la capacidad de reacción que estamos teniendo y de sobreponernos a las adversidades para acabar sacando resultados favorables. Ese es uno de nuestros principales puntos fuertes, que nunca bajamos los brazos y que luchamos siempre hasta el final. Sabemos crecernos y hacer que el talento que hay en esta plantilla, que es mucho, salga a relucir para desatascar los encuentros. Creo que vamos por el buen camino.