No hace tanto, Diego Martínez era uno de los técnicos mejor valorados del fútbol español. El gallego se ganó el respeto del gremio llevando al Granada a Europa y firmando un papel más que digno en LaLiga. Pero ese crédito, a día de hoy, parece haberse agotado. Con el descenso matemático de la UD Las Palmas, su figura vuelve a quedar marcada. Y ya van dos proyectos consecutivos en Primera —Espanyol y ahora el conjunto insular— que terminan en descenso tras pasar por sus banquillos en esas temporadas..
La caída de Las Palmas se certificó este miércoles tras el polémico penalti señalado por Gil Manzano que le dio la victoria al Alavés frente al Valencia. Una derrota que, indirectamente, mandó a Segunda a los canarios. El equipo lo intentó todo, incluso llegó a vencer al Barça en Montjuïc con Diego ya en el banquillo, pero la reacción se esfumó en cuanto pasó el parón navideño. A partir de enero, el conjunto amarillo entró en barrena: eliminado de Copa con una goleada ante el Elche y doce jornadas ligueras sin conocer la victoria.
Diego Martínez había aterrizado en Gran Canaria para reemplazar a otro viejo conocido del espanyolismo, Luis Carrión, destituido tras un arranque desastroso. Y, aunque la llegada del técnico gallego trajo una mejora inicial, lo cierto es que el efecto se desinfló pronto. Las últimas cuatro derrotas consecutivas han rematado un proyecto que empezó mal y acabó peor.
Para muchos pericos, eso sí, el descenso de Las Palmas ha reactivado el recuerdo de una etapa que dejó cicatriz: su paso por el Espanyol. Llegó al RCDE Stadium con un discurso ambicioso, pero el fútbol no acompañó. Demasiados cambios de sistema, un vestuario perdido y un equipo sin identidad acabaron por hundirlo. Fue cesado en abril de 2023, con el equipo en la 18ª posición. Y con un año de contrato aún por delante, el club asumió su salida como un mal necesario.
Desde entonces, Diego ha intentado volver a encontrar su sitio. Su breve etapa en el Olympiakos griego tampoco fue positiva. Ahora, tras otro proyecto que termina con descenso, su figura como entrenador empieza a generar más dudas que ilusión. Queda la sensación de que el técnico que brilló en Granada no ha logrado adaptarse a nuevos contextos, ni sacar rendimiento a plantillas limitadas.
El fútbol, muchas veces, no perdona la falta de resultados. Y Diego Martínez, más allá de sus buenas palabras y su historial en los banquillos, ya carga con dos descensos seguidos en LaLiga. Uno lo sufrió el Espanyol. El otro, ahora, lo padece Las Palmas.
Muchos en la grada de Cornellà soñaban con firmar su condena el último día, en la jornada final de esta temporada. Pero ese morbo se ha esfumado antes de tiempo. El daño ya está hecho. Y Diego Martínez, otra vez, queda marcado.
