El RCD Espanyol se reencontrará esta temporada con un rostro familiar en los banquillos: Diego Martínez, ex entrenador del conjunto blanquiazul, ha sido elegido para dirigir a la UD Las Palmas. El técnico vigués toma el relevo de Luis Carrión, quien se ha convertido en el primer entrenador cesado de la temporada en Primera División tras los malos resultados del conjunto canario.

La destitución de Carrión, también con pasado en el Espanyol, llegó tras la derrota contra el Celta de Vigo, un duelo en el que Las Palmas no pudo imponerse pese a la ventaja numérica de jugar contra nueve futbolistas. La directiva del club isleño, insatisfecha con el rendimiento del equipo, que ocupa el último lugar en la tabla con apenas tres puntos en nueve jornadas, decidió hacer el cambio en el banquillo. Además de los resultados, el equipo ha mostrado una vulnerabilidad defensiva preocupante, habiendo encajado diecisiete goles, lo que lo convierte en el segundo conjunto más goleado del campeonato.
Diego Martínez, sin equipo desde su paso por el Olympiakos griego, vuelve así a los focos del fútbol español. El gallego, que fue cesado del Espanyol en abril de 2023 cuando el equipo ocupaba la 18ª posición con 27 puntos, empatado con el Valencia, afirmó en su rueda de prensa de despedida respetar la decisión del club en su momento, aunque dejó claro que no la compartía. A pesar de las dificultades en su etapa perica, que no dejó para nada un buen recuerdo, Martínez tiene un historial notable en La Liga, especialmente en el Granada, donde llevó al equipo a una clasificación histórica para competiciones europeas.

El fallido paso de Diego Martínez por el banquillo del Espanyol
Para el Espanyol, este reencuentro con Diego Martínez en la competición, que tendrá lugar precisamente en la jornada que cierre este 2024 futbolístico, será un cruce de caminos con bastantes connotaciones, ya que sin duda servirá para recordar una etapa que se esperaba fuese muy fructífera y que no fue sino un cúmulo de errores, mal fútbol y decisiones polémicas.

Diego Martínez llegó al Espanyol con grandes expectativas el pasado verano, pero su aventura en el banquillo perico se diluyó entre la falta de resultados y la confusión táctica. A pesar de que desde el inicio de la temporada señaló la necesidad de recalibrar los objetivos por la mala confección de la plantilla efectuada por Domingo Catoira, no logró sacar el máximo rendimiento de sus jugadores. Su discurso y sus planteamientos tácticos, llenos de cambios constantes de sistema y alineación, terminaron por perder a un equipo que nunca encontró una identidad clara en el campo.
Con apenas seis victorias en 26 jornadas, y un Espanyol que terminó en puestos de descenso, Diego Martínez fue cesado de su cargo. A pesar de haber llegado a los octavos de final en la Copa del Rey, su equipo no pudo ni disparar a puerta en su último encuentro copero ante el Athletic Club. La falta de regularidad y la dependencia excesiva de las individualidades fueron una constante en su breve paso por el banquillo blanquiazul.

Pese a que Martínez se sintió con fuerzas para revertir la situación, el Espanyol quedó atrapado en un laberinto de tácticas que no dieron frutos, lo que llevó a su cese con un año de contrato por cumplir y una indemnización que el club hubo de asumir.
