La Liga ha acatado la polémica orden del CSD y ha inscrito a Dani Olmo y Pau Víctor. Lejos de todo el revuelo y la controversia en torno a la cautelar, el club blaugrana ha tenido que llegar a la regla 1:1 para poder hacer el ejercicio económico que suponían las inscripciones, pero ¿cómo lo ha hecho? El Barça ha firmado una nueva palanca para poder inscribir a Dani Olmo: para inscribir al jugador el club ha vendido a inversores de Oriente Medio los palcos del futuro Spotify Camp Nou para los próximos 20 años.
El Barça ha vuelto a hipotecar su futuro. Esta vez por Dani Olmo. Después de que un juez denegara la cautelar hasta dos veces para inscribir al jugador, el club ha recurrido a medidas desesperadas y ha firmado una nueva palanca, la cual consiste en la venta de los palcos del futuro Camp Nou a Oriente Medio durante los próximos 20 años. Esta operación, que se ha cerrado por alrededor de 100 millones, avanza una cantidad económica que servirá al club para inscribir al jugador, pero restará ingresos asegurados para las próximas dos décadas.
Medida desesperada
La directiva blaugrana decidió llevar a cabo esta operación tras fracasar en los juzgados. El club consideraba que con el nuevo acuerdo con NIKE sería suficiente para regular las cuentas, pero el juez decretó que no y que el Barça no cumplía la normativa del fair-play. Tras la negativa en los tribunales el Barça debía hacer malabares económicos para tratar de inscribir a un Dani Olmo que, en caso de no ser inscrito antes del 31, quedaba libre el 1 de enero -como hemos visto a posteriori, el CSD le ha concedido una polémica cautelar para realizar la inscripción fuera de plazo, pero esa es otra historia-.
Riesgo de perder al jugador
Dani Olmo llegó al Barça el pasado verano por 47 millones de euros más variables. Apenas unos meses después, cabe la posibilidad de que el futbolista abandone la disciplina culé de forma gratuita: Dani Olmo tiene una cláusula -que puede ejecutar cuando él quiera- en caso de no ser inscrito en cualquiera de las ventanas de fichajes hasta que finalice su contrato en 2030. La mala situación económica culé dio paso a una cláusula que se quiso asegurar el entorno del jugador, consciente de que el Barça podría tener problemas para realizar su inscripción. Si bien es cierto que cuando firmó por el club esta cláusula no se incluía en el contrato, Olmo y el Barça la añadieron durante el mes de agosto tras los problemas para inscribirle. Finalmente, la inscripción ha llegó, pero con asterisco: gracias a la lesión de larga duración de Christensen se le concedió una moratoria, la cual finalizaba el 31 de diciembre. Ahora, para asegurar la continuidad del ‘20’ el Barça se ha vuelto a hipotecar y el de Terrassa podrá seguir en el club, pero ¿a qué precio? Pese a todo hay que destacar que esta cautelar es temporal y en un periodo de tres meses La Liga y la Federación deberán exponer los motivos por los cuales rechazaron las inscripciones. En caso de que ambos organismos demuestren al CSD que tienen razón, las inscripciones quedarían invalidadas en el mes de abril. En este remoto caso, el Barça se habría hipotecado para inscribirle y no podría jugar. Veremos cómo se desarrolla la polémica de los últimos días.
