Ayer, la Junta General de Accionistas del Espanyol acaparó la atención mediática, pero ningún debate accionarial ni las polémicas derivadas del acto pueden ni deben borrar lo sucedido el día anterior en Barbastro. El desastre copero ante un equipo de Segunda RFEF, categoría equivalente a la antigua Tercera División, ha dejado tocada la figura de Manolo González y de una plantilla que inscribe su nombre en el libro más oscuro de la historia blanquiazul en el torneo del KO.
El Barbastro, penúltimo clasificado en su grupo, logró lo que a priori parecía impensable: eliminar a todo un Espanyol de Primera división con un contundente 2-0. Para los pericos, esta eliminación no es solo un fracaso; es un golpe que ciertamente revive viejos fantasmas y coloca este triste episodio a la altura de la eliminación frente al Terrassa en la temporada 1986-87, hace ya casi 40 años.

De Terrassa a Barbastro: el paralelismo de dos debacles
Hace 37 años, el Terrassa, equipo de Tercera división, dejaba fuera de la Copa al Espanyol con un 2-1 en la segunda ronda. Pero aquella plantilla, dirigida por Javier Clemente, era muy distinta a la actual. Nombres como N’Kono, Lauridsen o Valverde integraban un equipo que solo un año después alcanzaría la final de la Copa de la UEFA. En cambio, el Espanyol de hoy se encuentra inmerso en una lucha por la permanencia, con una plantilla que para muchos no está a la altura de la élite.
El partido ante el Barbastro, lejos de tener tintes épicos, fue un ejercicio de impotencia. El equipo de Manolo González fue incapaz de generar peligro real y sucumbió ante un rival que, aunque inferior en calidad, mostró mayor coraje y determinación.
Una lista de fracasos históricos
La eliminación en Barbastro es la séptima en lo que llevamos de siglo en la que el Espanyol se despide de la Copa del Rey ante un equipo de categoría inferior. Y es la segunda vez en casi cuatro décadas que el verdugo es un conjunto de la cuarta categoría del fútbol español.
El repaso a los tropiezos más sonados es un recordatorio doloroso para la afición perica:
- 1986-87: Terrassa (2-1).
- 1995: Palamós (3-5 en la vuelta tras un 1-1 en la ida).
- 1998: Figueres (1-2 en Sarrià tras un empate en la ida).
- 2002: Lleida (1-0, treintaidosavos).
- 2003: Alicante (1-0, treintaidosavos).
- 2005: Terrassa, nuevamente, por penaltis (5-3).
- 2007: Rayo Vallecano, en dieciseisavos (1-1 en la ida, 0-1 en la vuelta).
Más recientemente, el Mirandés en 2012 y el Alcorcón en 2017 también agrandaron la lista de decepciones coperas.
El futuro inmediato
La eliminación deja a Manolo González en el ojo del huracán. Las críticas hacia su labor y hacia una plantilla que muchos consideran la más limitada en años se han intensificado tras lo sucedido en el Municipal de Barbastro el pasado martes. Mientras tanto, la afición del Espanyol, acostumbrada los últimos años a las adversidades, una vez más se enfrenta a un golpe moral que exige respuestas y, sobre todo, una reacción en la Liga para evitar que el desastre en Barbastro sea solo el preludio de una temporada para el olvido. El Barbastro ya forma parte de la historia negra del club, pero queriendo ser optimistas siempre hay una oportunidad de resurgir y será el próximo lunes en Getafe, donde el equipo tiene la oportunidad de reivindicarse allí donde toca, sobre el verde, y salir del descenso. La pelota, y nunca mejor dicho, está en el tejado de los jugadores y el cuerpo técnico blanquiazules.

