La trayectoria de Pere Milla en el Espanyol es una montaña rusa que ha acabado teniendo final feliz… por partida doble. Aterrizó en 2023 como fichaje importante, con el reto de ayudar a devolver al club a Primera. El inicio fue discreto, incluso decepcionante para parte de la grada, pero con la llegada de Manolo González todo cambió: encontró su lugar en la banda izquierda y acabó siendo decisivo en el ascenso, sobre todo en la eliminatoria frente al Oviedo.
La temporada siguiente volvió a vivir un guion parecido: meses casi desaparecido, sin apenas minutos, hasta que reapareció en el tramo clave. En abril marcó un gol vital y su gran momento llegó contra Las Palmas, donde firmó el 2-0 que aseguró la permanencia. Ese tanto no solo salvó al equipo, también su propia historia en el club.
Este verano la competencia era feroz en ataque, pero fiel a su estilo, ha vuelto a resistir y ganarse el sitio. Manolo lo resumió mejor que nadie: “Es él quien se ha puesto de titular”. Hoy, Pere Milla vive uno de sus mejores momentos como perico y en La Grada Ràdio hemos charlado con él sobre esa doble redención que ya forma parte de la memoria reciente del espanyolismo.
El delantero del Espanyol apareció con su tono habitual: cercano, divertido y también con un punto reivindicativo. Y entre frases que invitan a pensar y alguna que arranca una sonrisa, dejó claro que vive uno de sus mejores momentos como perico.
Nada más empezar, soltó lo que define su manera de ser: “Yo estoy como siempre, contento. Lo importante es ayudar al equipo, siempre lo he dicho”. Y la verdad es que su trayectoria habla por él: es posible que no sea el futbolista con rendimiento más regular de la plantilla, pero siempre acaba encontrando el camino para ser decisivo. Lo reconoce él mismo: “Los amigos me lo dicen, estate tranquilo que sabes cómo acabará la temporada. Es fácil decirlo, pero has de estar siempre allí picando piedra”.
El papel de Manolo González en su rendimiento también salió a relucir. Milla lo tiene claro: “Es el que te ve todos los días entrenando, juegas o no, somos futbolistas profesionales, hemos de entrenar cada día y a quien pagan por poner el once es al entrenador”. Y no le falta razón: la confianza del míster ha sido clave en que hoy sea titular indiscutible.
¿Y qué pasa con la afición y la ilusión desatada? Pere se mostró prudente: “Lo importante es disfrutar; venimos de unos años muy malos, tanto nosotros como la afición necesitábamos esta alegría pero hemos de tocar de pies en el suelo. A disfrutar. Cuando vuelvan los partidos, a sufrir y a por los tres puntos”. Suena a tópico, sí, pero se nota que lo dice de corazón.
El parón no le hace demasiada gracia: “Por mí ojalá jugásemos ahora mismo, vengamos de ganar o perders. Pero a disfrutar, somos el Espanyol, hemos sufrido toda la vida, y ahora nos lo merecemos”. Ese “hemos sufrido toda la vida” es casi un mantra perico, y en su boca cobra fuerza.
Uno de los momentos divertidos llegó cuando habló del rap que se ha hecho viral sobre él. La canción dice que cambió los silbidos por aplausos, y Pere lo encaja con naturalidad: “Me ha pasado casi siempre. De no jugar y que no valgo para el filial me lo han dicho, y acabar siendo importante para el club. Cada uno sabe el trabajo que hace, rodearse de buena gente y contaminarse de la gente que te rodea, y en esto tengo mucha suerte”.
En lo futbolístico, explicó su nuevo rol: “Tal como jugamos nosotros es similar a estar en el extremo, caigo por la banda, al defender sí has de trabajar con el lateral. Prácticamente es la misma función pero por tendencia estás más cerca del delantero, y si los de atrás somos listos cogeremos muchas pelotas”. Un Milla más cerca del área, pero con la misma entrega de siempre.
La plantilla también estuvo en el debate, y tiró de ironía parafraseando al propio Francesc Via: “Tenemos peor once pero mejor plantilla…”. Lo explicó así: “Lamentable. Hemos perdido a Joan García, pero Calero es top, Miguel Rubio, qué partido jugó… Valoremos a final de temporada, a día de hoy puede ser o no, pasemos facturas a final de temporada. Creo que tenemos una ventaja como el año pasado, somos 25 jugadores y todos podemos jugar”.
Sobre el amistoso ante el Pau, lo vio positivo: “Trabajamos esas cosas que no hemos hecho bien estos partidos, y va bien este amistoso del viernes, los que menos oportunidades están teniendo pueden coger ritmo”.
También tuvo palabras para los recién llegados: “Riedel bien pero Pickel no sé, porque hoy no ha entrenado, está convocado con la selección. Riedel es fuerte. ¿Que es joven? Marash Kumbulla también lo era…”. Una mezcla de prudencia y confianza.
El elogio mayor se lo llevó Manolo, al ser preguntado por qué importancia tiene en el buen momento del equipo: “Toda, el equipo cree en lo que dice, en su pensamiento, y vamos todos a una, es culpa del míster”. Y en cuanto a los objetivos, no dudó: “Lo tengo claro, no salvarnos como el año pasado. ¿Qué no tendré momento heroico? No hace falta…”.
Para acabar, habló del buen momento social que vive el club: “Es por lo que vivimos en el playoff. Antes estábamos encabronados todos por todo, y no puede ser. Un poco de alegría, que somos el Espanyol. Ojalá se cambie esa energía negativa. ¿La nueva propiedad? A nosotros no nos ha cambiado nada, seguimos haciendo nuestro trabajo”.
Un Pere Milla que, entre reflexiones y frases de puro vestuario, transmite algo muy simple: trabajo, confianza y ganas de disfrutar. Y eso, hoy por hoy, es justo lo que necesita el Espanyol.